Una de las actividades que los dueños de los perros suelen hacer con sus mascotas es lanzar objetos para que los canes corran raudos y veloces a recogerlas. De este modo se ejercitan y a la vez disfrutan de un momento de juego y diversión. En este escenario no es extraño ver que el objeto elegido es una pelota de tenis o de pádel, ya que están al alcance de cualquiera y pueden añadir el efecto bote para que los perros tengan que esforzarse al máximo para recogerla.
Pues bien, usar pelotas de tenis no es adecuado para la salud de estos animales. “Las pelotas de tenis contienen en su composición fibra de vidrio. La fibra de vidrio actúa como la sílice de las piedras. Es un material tan duro que, por el uso, lima los dientes de los perros, exponiendo la dentina de los mismos”, explican en la Clínica Veterinaria Las Lagunas.
Así pues, uno de los grandes hándicaps de usar pelotas de tenis o de pádel para jugar con un perro es que afectará a su salud bucal. “Si el animal utiliza para jugar este tipo de objetos durante un largo periodo de tiempo, todos sus dientes perderán la corona, dificultando la función normal de masticación y predisponiendo al perro al desarrollo de infecciones dentales”, insisten en la citada clínica veterinaria. Sin embargo, este no es el único problema que su uso puede provocar a los canes. otros problemas asociados pueden ser los siguientes:
Las consecuencias de jugar con pelotas de pádel o tenis con los perros son argumentos más que suficientes como para que no se empleen en el juego con las mascotas. De hecho, es recomendable optar por juguetes diseñados para estos menesteres.
En este sentido, a la hora de elegir el tipo de pelota que se va a utilizar para que el perro corra a atraparla, hay diversos factores que el dueño ha de tener en cuenta y que es aconsejable preguntar a los vendedores: qué diseño es el más adecuado para cada raza, qué tamaño debe comprarse, cuál es su durabilidad y qué materiales se han empleado para su fabricación –las gomas no pueden ser tóxicas y sí resistentes–.
En definitiva, los juguetes para perros deben haber sido diseñados para ellos, tener una buena calidad que cumpla con los requisitos de la Unión Europea, y que se encuentren en buen estado para no poner en peligro al animal. A fin de cuentas, nadie quiere que le pase nada malo a su perro.