Bartolomé Berenguer, un policía jubilado de 72 años, se atrincheró este miércoles en una casa de Alzira, en Valencia, tomando como rehén a su exesposa, Raquel Lorente, de 58 años. Pese a la intermediación de los agentes, el hombre se suicidó después de asesinar a la mujer, con la que llevaba unos meses en trámites de separación. Agentes de la Policía Nacional encontraron los cadáveres en el interior del domicilio.
Carolina Almiñana, alcaldesa de Carcaixent, lugar de procedencia de la víctima, ha asegurado que lo que motivó el encuentro en el chalé fue la venta del inmueble. "Le dijo que no iba a estar y sí que estaba", ha afirmado tras la concentración, en repulsa del crimen, que ha tenido lugar a las puertas del Consistorio valenciano. Por otra parte, la familia de Charo, una mujer asesinada por su expareja en Béjar, Salamanca, pide justicia y que el autor confeso "no vuelva a ver la luz del sol".
Según ha explicado Almiñana, uno de los hijos de Raquel, que ha recibido este jueves junto a su hermana el apoyo y las condolencias de sus vecinos, acompañó a su madre a la vivienda para recoger unos enseres. Juan pudo así ver "la cara desencajada" del que sería el asesino de su progenitora.
"Cuando (Berenguer) quiso retenerla en el garaje, se enfrentó a él. Le apuntó con la pistola entre ceja y ceja y le dijo: 'Te voy a matar si no te vas'. Luego lo empujó y cerró la puerta", ha señalado la primera edil.
Además, el diario Levante-EMV recoge que el hijo de Raquel advirtió a las autoridades de lo sucedido y, en primera instancia, se creyó que se trataba de un secuestro.
"Él no lo sabía entonces, pero escuchó el asesinato de su madre. Está destrozado, como toda la familia, siente impotencia de saber que estaba tan cerca de ella y no pudo hacer nada", ha subrayado la alcaldesa sobre el terrible suceso.
El Ayuntamiento de Alzira, localidad donde se produjo el asesinato, ha decretado tres días de luto oficial en señal de respeto y pésame por la víctima.