Las dunas de Maspalomas, situadas en el municipio de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), es uno de los lugares más fotografiados del país. Pero la búsqueda de la imagen perfecta -y el riesgo de los chiringuitos y kioskos- está consiguiendo que esta zona, categorizada como reserva natural especial, pierda cada año 45 mil metros cúbicos de arena.
Los carteles y las multas no son suficientes para dispersar a las personas que entran a las dunas sin respetar la zona protegida. Así se vivió también en las dunas de Zahara de los Atunes, en Cádiz, donde una concejala andaluza ha denunciado una práctica que se vuelve más común en verano.
Así lo explicó la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, en un tuit:
Las dunas de Maspalomas es una de las actividades turísticas que más atrae visitantes. Pero a este ritmo, puede que deje de serlo en el futuro. La alarmante pérdida de arena que se produce cada año ha traído la indignación de los habitantes del municipio. Y no es para menos.
Este espacio protegido cuenta con ocho kilómetros de sendero para todos aquellos que quieran disfrutar de las vistas sin dañar el paisaje natural. Pero nadie respeta las normas, aunque las multas puedan llegar a los 300 euros. Todo por ir detrás de la foto perfecta.