Continúa la desolación y la desesperación en Tenerife ante el avance sin control del fuego declarado en Arafo. Canarias se enfrenta a uno de los incendios más virulentos de su historia después de que, en poco más de un día, hayan ardido ya más de 3.200 hectáreas. Su propagación continúa imparable pese a los esfuerzos de más de 200 efectivos que han estado toda la pasada noche trabajando sin descanso.
Las llamas avanzan arrasando el norte de Tenerife mientras miles de afectados contemplan desde la impotencia la evolución de la situación. Los montes de Arafo siguen envueltos en imponentes columnas de humo, y de las copas de los árboles sobresalen las llamas que los consumen. El perímetro de la superficie alcanzada por el fuego, visible desde toda la isla, supera los 40 kilómetros.
"No se puede trabajar dentro del pinar porque la vegetación no nos deja entrar", señalaban a primera hora los equipos que trabajan en tierra, mientras desde el aire la humareda se expande alcanzando una altura de hasta seis kilómetros.
Una nube de humo negro que arrastra partículas incendiarias, según detallan los expertos. Denominadas pavesas, actúan como pequeñas antorchas que, al ser desplazadas por el viento, activan nuevos focos.
"Este probablemente sea el incendio más complejo que hemos tenido en Canarias al menos de los últimos 40 años", ha dicho Fernando Clavijo, presidente del archipiélago. Por su parte, el alcalde de Arafo, Juan Ramón Martín, subraya que las llamas, "aunque de manera más lenta, siguen avanzando".
Muy dinámico, el fuego obliga a estar cambiando continuamente las líneas defensivas. La vertiente norte es la que concentra mayor esfuerzo. Las llamas se adentran en la zona de La Orotava y El Rosario y tratan de frenar su descenso por el valle. Además, más allá de Arafo, los municipios de Candelaria, Santa Úrsula, La Matanza, El Sauzal y Tacoronte también están afectados.
En total, más de 3.000 personas han sido evacuadas, y otras tantas confinadas. Un confinamiento que estudian levantar en algunas calles y en los servicios básicos.
A pesar de que las tareas nocturnas han sido positivas y el fuego tiende a estabilizarse, el trabajo incansable de este viernes resulta clave porque la previsión tampoco arroja esperanza.
Al viento seco y cálido se sumará una subida de las temperaturas durante el fin de semana que complicará la extinción del desastre que aniquila parte del paisaje de Tenerife.
Debido a la calidad del aire, es recomendable que los ciudadanos hagan uso de mascarillas. Al menos, hasta que el preocupante panorama vuelva a despejarse.