El juez ha decidido que, finalmente, Daniel Sancho va a ser juzgado en Tailandia por asesinato premeditado. Un delito por el que le puede caer la pena de muerte o la cadena perpetua. La Policía del país asegura tener ya los indicios suficientes para que el juez comience la instrucción, que podría prolongarse durante cuatro o seis meses. Durante todo ese tiempo Sancho permanecería en la cárcel de Koh Samui donde ingresó el lunes.
Las condiciones de vida en la pequeña prisión de Koh Samui no son ni de lejos las peores del precario sistema penitenciario tailandés. Apenas 700 presos que están acusados de delitos menores, muchos de ellos extranjeros, acompañan a Daniel Sancho.
Los propios funcionarios de la prisión confirmaban a 'El Programa del Verano' que el joven de 29 años "está estresado, no está contento, pero se está adaptando a la vida en prisión".
Como todos los internos, Sancho viste un uniforme azul y le han cortado el pelo. Comparte cuarentena con otros cinco reclusos en la enfermería donde duerme en un colchón en el suelo y también ha pedido vitaminas para el estrés.
No obstante, el hijo del actor Rodolfo Sancho podría ser trasladado en breve a un penal mucho más duro.
Los plazos para el juicio pueden acortarse porque la Policía tiene pruebas suficientes para acusarlo de asesinato premeditado.
La más contundente, la cámara de seguridad que lo grabó el día antes del crimen comprando el cuchillo, la sierra y las bolsas de basura con las que desmembró el cuerpo de Edwin Arrieta. También la canoa con la que arrojó parte de los restos al mar. Las pruebas de ADN han confirmado que pertenecen a la víctima ,y con ellas, la Policía lo acusa, también, de ocultación de cadáver.
Las pruebas dejan en muy mal lugar a Daniel Sancho que, sin embargo, confesó el crimen desde el primer momento. Esa confesión podría salvarle de la muerte porque en Tailandia se considera un atenuante.