Big Joke es el apodo del subdirector de Policía de Tailandia, encargado de investigar el asesinato del cirujano Edwin Arrieta, del que está acusado Daniel Sancho. Las autoridades han puesto a su investigador más experimentado al frente del caso que está sacudiendo a la tranquila isla de Koh Phangan.
Con la confesión de Daniel Sancho y el reguero de restos de la víctima, la Policía tailandesa cree que tiene todas las pruebas suficientes para acusar de asesinato premeditado al español. Surachate Hakparn tendrá que llegar al fondo del crimen y probarlo.
Le llaman Big Joke por un juego de palabras entre su nombre y el gesto perenne al sonreír, muy distinto al del talante habitual de la Policía tailandesa.
El investigador fue uno de los primeros en llegar a Koh Panghan, cuando la Policía comenzó a encontrar restos humanos en bolsas en la isla tailandesa. Las primeras declaraciones apuntaban directamente al cocinero español sospechoso de asesinar y descuartizar a Edwin Arrieta, con el que ha admitido tener una relación de sexo esporádico.
Surachate Hakparn, además de ser un experimentado policía es budista, la religión mayoritaria en Tailandia. Ha sido encargado durante años de asuntos relacionados con la migración, en un país que vive fundamentalmente del Turismo y donde era habitual que muchos extranjeros vivieran sin regularizar su documentación.
Este policía puso orden en este asunto y su gestión lo llevó a adquirir prestigio en el cuerpo. A los 40 años ya tenía un nombre dentro de la Policía.
El caso más reciente del que se encargó con éxito, Big Joke, fue el de una criminal francés que extorsionaba a la colonia extranjera de Pattaya, prometiéndole amparo ante la delincuencia. Surachate terminó arrestándolo y cerrando el asunto con felicitaciones.
Daniel Sancho no es el primer español que Surachate Hakparn, tiene que investigar en sus largos años de carrera policial. Hace apenas 5 años arrestó a otro por la violación de una mujer en su lujoso apartamento de Bangkok.
La carrera de Surachate ha tenido sus momentos duros, como cuando dudó públicamente de un sistema de identificación biométrica por el que el gobierno del primer ministro de Tailandia, el general Prayut Chan-o-cha había pagado 65 millones de dólares. Poco después el coche de Big Joke fue tiroteado creyendo que estaba dentro, por lo que decidió en 2020 salir del país con toda su familia.
Fue en India, donde se ordenó monje budista y las fotos su cabeza afeitada se volvieron virales en Tailandia. Regresó, paulatinamente y volvió a su estatus. Desde entonces, es a él a quién le confían la resolución de los crímenes más atroces, aún más si hay ciudadanos extranjeros