Investigan a un hombre por capturar y matar a 67 pájaros con medios prohibidos en Santiponce, Sevilla
La Guardia Civil investiga a un vecino de Santiponce (Sevilla) como autor de un delito contra la flora y fauna
Ha sido sorprendido con seis aves fringílidas vivas y 67 muertas, cuya captura no está autorizada, utilizando redes invisibles o japonesas
Se trata de 35 verderones, doce verdecillos, ocho currucas, cinco pardillos, cuatro gorriones comunes, dos lavanderas boyeras y un jilguero
Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Cazalla de la Sierra, investiga a A.C.M., vecino de Santiponce (Sevilla), como autor de un delito contra la flora y fauna tras ser sorprendido con seis aves fringílidas vivas y 67 muertas, cuya captura no está autorizada, utilizando redes invisibles o japonesas. También investigan el hallazgo de una treintena de vacas muertas en una nave de San Roque de Riomiera.
Guardias civiles del Grupo de Acción Rápida identificaron a una persona intentando darse a la fuga con su vehículo al ser requerido por los agentes en el término municipal de Salteras (Sevilla). Transportaba una jaula con varias aves vivas de diferentes especies además de una bolsa con "gran cantidad" de aves muertas de pequeño tamaño, así como redes y cuerdas, tal como ha detallado el Instituto Armado en una nota de prensa.
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67 aves muertas
Se identificaron a las aves vivas de la jaula como dos jilgueros y cuatro pardillos, ambas de la familia de las fringílidas y presuntamente capturadas para canto. Se examinaron las aves muertas y resultaron ser igualmente fringílidas, con un total de 67 de distintas especies: 35 verderones, doce verdecillos, ocho currucas, cinco pardillos, cuatro gorriones comunes, dos lavanderas boyeras y un jilguero.
Al inspeccionar los medios de captura, se comprobó que se trataba de redes conocidas como invisibles o japonesas, de unos 24 metros de largo por dos de ancho, que se utilizan para la captura de aves. A su vez, el ahora investigado portaba cuerdas, cintas y varillas necesarias para su instalación, quedando intervenidas a disposición de la Autoridad Judicial.
Las aves capturadas vivas, después de ser examinadas "minuciosamente" por la Guardia Civil y comprobar que no sufrían ningún daño, fueron puestas en libertad en un entorno natural "favorable" en el "tiempo mínimo indispensable".