El campo está sufriendo mucho las consecuencias de la sequía, pero hay agricultores que han podido adaptar sus campos a la situación y le están sacando partido. En Girona era inviable sembrar tantos cereales de verano y lo que han hecho es dedicar parte del agua a las manzanas.
La falta de agua ha obligado al sector del campo a reinventarse. Aquellos que se dedican al cereal de verano han tenido que reducir la superficie de cultivo por las limitaciones en el agua. En cambio, otros sectores, como el de la manzana, han sido previsores y gracias al sistema de riego gota a gota y el uso de contadores o sensores han conseguido una buena cosecha de esta fruta de calidad.
Se trata de un esfuerzo para todo el sector que en algunos casos sin duda ha valido la pena. Los agricultores de Girona han hecho los deberes con el agua. A pesar de que hay once municipios en alerta por sequía y que el campo solo dispone de un 20 % de agua, sus sistemas de riego eficientes les han permitido ahorrar.
La saquía también está afectando a los productores de sandía y melón de la Comunidad Valenciana con un 52 % menos de cosecha y unos precios disparados y una pédidas que alcanzan los 44 millones de euros.