Una de las consecuencias más evidentes del cambio climático está siendo el aumento de los grandes incendios forestales, en los últimos años. Este verano los estamos viendo muy devastadores y muy cerca, en varios países del Mediterráneo. Las llamas han devorado miles de hectáreas en Grecia, Italia, Túnez, Argelia... Y dejan más de 50 muertos a su paso.
Hasta finales de julio, han ardido más de 234.516 hectáreas en toda la Unión Europea. Sólo en siete meses. Son datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) recogidos hasta el 29 de julio. “La situación requiere atención urgente y medidas efectivas para combatir el creciente peligro que representan estos incendios forestales”, advierten.
Una de ellas es la herramienta 'World Fire Atlas', que la ESA acaba de mejorar y relanzar para ayudar a mejorar la prevención, el control y los trabajos de extinción de incendios, además de ser útil para la población general, a la hora de tomar conciencia del problema. Porque seguirá agravándose, año tras año, a medida que el calentamiento global siga aumentando.
El Atlas Mundial de Incendios ofrece una visión exhaustiva de la distribución de incendios a escala nacional y mundial. A través de su panel interactivo, se puede comparar la frecuencia de incendios entre países y analizar su evolución en los últimos años. El gráfico que abre este artículo muestra los que ha habido en el mundo entre mayo de 2016 y junio de este año.
El atlas utiliza datos nocturnos del radiómetro de temperatura superficial del mar y la tierra a bordo del satélite Copernicus Sentinel-3A. Como si fuera un termómetro en el cielo, el sensor mide la radiación infrarroja térmica para tomar la temperatura de la superficie terrestre, que se utiliza para detectar los incendios. Por eso, es estadísticamente representativo de un mes a otro y de un año a otro.
Si miramos a Europa, vemos que en los últimos siete años, el atlas muestra un aumento de los incendios detectados en Portugal, Italia, Grecia, Francia y España. El número más alto se registra en Portugal en agosto de 2016 y octubre de 2017. Se ve claramente en este gráfico.
En España, el Atlas muestra que el año pasado fue devastador en incendios forestales. Ardieron 268.000 hectáreas, el triple que el año anterior. Y no tanto porque hubiera más incendios, sino porque sus dimensiones fueron mayores. Si se fijan en el gráfico, verán que le sigue de cerca el otoño de 2017, que también fue devastador.
En cuanto a este año, podemos constatar cómo los incendios se dispararon esta primavera, aunque el verano esté siendo mejor que otros años. Hasta abril, habían ardido ya el doble de hectáreas que el año pasado y un 110% más que la media de los últimos diez años. La grave sequía que nos acompaña desde hace dos años está siendo clave en todo esto.
Los datos de los satélites de la ESA muestran también que Canadá está siendo uno de los países más afectados por este aumento en los incendios. Sólo de enero a julio de este año, ha registrado 11.598 incendios. Esto supone un aumento del 705% en comparación con los incendios detectados durante el mismo período en los seis años anteriores.
Y esta tendencia es imparable. Canadá está luchando contra la peor temporada de incendios forestales registrada en ese país, con más de 10 millones de hectáreas quemadas, que los expertos prevén que seguirán aumentando en las próximas semanas.
Olivier Arino, portavoz de la ESA, advierte que “el relanzamiento del 'World Fire Atlas' presenta una valiosa oportunidad para que los gobiernos, investigadores y organizaciones mejoren su comprensión de los incendios en todo el mundo. Al utilizar esta herramienta, pueden diseñar estrategias más efectivas para la prevención y gestión de incendios a escala global”.
Se trata, dice, de “aprovechar la tecnología espacial para abordar los desafíos ambientales” a los que nos enfrentamos.