La Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha condenado a 14 años de prisión al hombre que intentó asesinar a su pareja a golpes en Azagra el pasado febrero de 2021. Tras los hechos, la víctima, hasta entonces enfermera en la localidad riojana de Quel, llegó a asegurar ante las cámaras de Informativos Telecinco que había “vuelto a nacer” tras salir de la UCI.
En la sentencia, que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), los magistrados condenan al procesado a indemnizar a la víctima con un millón de euros y, además, le imponen una prohibición de comunicación y acercamiento a la víctima a menos de 500 metros durante 20 años y una medida de libertad vigilada, una vez cumplida la pena de prisión, de 10 años.
El hombre mantenía una relación afectiva o sentimental análoga a la conyugal con la víctima. Ambos convivían en una vivienda de Azagra, piso adquirido durante la relación sentimental.
A finales del verano del año 2020, la relación de la pareja estaba totalmente deteriorada. En esa época ambos eran conscientes de la ruptura de la relación, y la propiedad del piso era una fuente constante de discusiones y enfrentamientos entre ellos.
Entre las 11 y las 11:30 horas del 20 de febrero de 2021, el inculpado fue a la habitación donde dormía su pareja. Aprovechando que se estaba levantando de la cama, entró en la habitación y la golpeó "de forma inesperada y con la intención de acabar" con su vida con un instrumento con forma de bastón metálico de color cobre de 102 cm de longitud, 2,2 cm de diámetro y un peso de 1,38 kg.
En un espacio estrecho y sin dejar posibilidad de defensa efectiva para la agredida, le propinó "varios y reiterados golpes" en la cabeza, cara y brazo, y solo cesó en su ataque "cuando pensó que había matado" a su pareja.
A aproximadamente las 12:05 del mismo día, entró en las dependencias de la Policía Foral en Estella, en donde, al ser preguntado por un agente, respondió: "He matado a mi mujer".
"Le he pegado con un objeto metálico que había en casa, le he golpeado repetidas veces con él en la cara y la cabeza, hasta que me he dado cuenta de lo que estaba haciendo y he parado", relató en ese primer momento.
La víctima padece unas gravísimas secuelas tras la agresión
Debido a la agresión, la mujer padece unas secuelas cognitivo-conductuales gravísimas. Entre otras, ha perdido la autonomía personal para realizar algunas actividades esenciales del desarrollo de la vida ordinaria, así como para la mayoría de las actividades específicas de desarrollo personal.
Los magistrados consideran los hechos probados como constitutivos de un delito de asesinato en grado de tentativa, con la concurrencia de la agravante de parentesco.