Chema de Isidro llegó a Trillo (Guadalajara, 1.300 habitantes) en marzo pasado. Quería abrir un nuevo establecimiento, La Cascada de la Raspa, un restaurante solidario para ayudar a jóvenes en riesgo de exclusión. Pero ya en mayo las cosas se torcieron. El acoso al establecimiento por parte de algunos vecinos empezó a ser constante. No veían con buenos ojos este proyecto con jóvenes con problemas. "Decían que les daba miedo que trajesen la violencia al pueblo y querían que nos fuéramos”, según el chef.
“Cuando llegamos a Trillo, el Ayuntamiento nos avisó que les había costado mucho que pudiésemos abrir porque había gente en el pueblo que no quería que el proyecto estuviera aquí”, asegura a NIUS de Isidro.
El chef lleva al frente de la ONG Gastronomía Solidaria desde hace 15 años. Por sus fogones han pasado 4.000 jóvenes con problemas y en exclusión. Desde integrantes de bandas latinas a chicas que han hecho la calle o jóvenes presidarios.
De Isidro asegura que el ambiente se caldeó después de que dos de los chicos que trabajaban en el restaurante apuñalara a otro mientras estaban jugueteando con un arma blanca en mayo. Aquel episodio enreció la relación de algunos vecinos con el restaurante, que le pusieron la cruz desde entonces. “Desde aquel episodio, alguna gente del pueblo dejó de venir al restaurante. Decían que tenían miedo" y empezaron a cambiar las cosas”, asegura. Desde ese momento, perdieron el 40% de su clientela.
De Isidro ha denunciado que ha recibido amenazas de algunos vecinos para que se vayan del pueblo. “Me decían: ‘Ya verás, te vas a cagar, aquí en invierno no va a venir ni dios. El logo del restaurante apareció un día atravesado por un puñal. Nos hemos encontrado heces dentro del restaurante. A mi novia la han insultado por ser negra y le han dicho: ‘Tú a mí no me sirves”, relata.
El chef denunció todo este boicot en una entrevista en El Mundo que se publicó el jueves a las 12 de la noche y a las 8 de la mañana el restaurante estaba completamente vandalizado. "Han destrozado las dos puertas, la máquina de tabaco, botellas, han reventado la caja registradora, se han llevado carne y botellas de todo tipo. Hasta mi ordenador", apunta.
Después de esto las vejaciones de algunos no han parado. “Me dicen que me vaya a Vallecas (Madrid) de donde vengo. Aunque también he recibido apoyo de otros vecinos”, reconoce.
El Ayuntamiento de Trillo estudia emprender acciones legales contra De Isidro. En un comunicado ha mostrado su "profundo malestar" por las acusaciones lanzadas por el chef y ha advertido de que la Administración local "no va a tolerar ninguna difamación ni falta de respeto hacia los vecinos, sin ningún tipo de prueba fehaciente de que los sucesos que relata hayan sido ocasionados por las personas hacia las que dirige sus acusaciones”, que son los propios vecinos de Trillo.
El Consistorio ha apuntado que la mayoría de trabajadores de la hostelería en otros establecimientos del municipio, desde hace años, son de diferentes nacionalidades y nunca ha habido problemas de discriminación. “Nuestro municipio es un lugar acogedor, respetuoso y sin ningún tipo de problemática, que pone todo de su parte para que todo el mundo se sienta bien acogido y tenga una oportunidad”, ha añadido.
Mientras De Isidro reconoce que no sabe qué hará con el restaurante a partir de ahora. “Espero que se calmen un poco los ánimos. Con el proyecto vamos a seguir, pero, a lo mejor, tengo que cerrar el establecimiento en Trillo e irme a otra parte. No sé si llegaremos a octubre, esto tiene mala pinta”, señala.