Amanece en Benidorm (Alicante) con la primera línea de playa completa, pero ni rastro de la mayoría de esos madrugadores que clavan su sombrilla y se despreocupan. Algunos, como era habitual en años anteriores, la ponen y se van, "eso no se debe hacer", según apuntan los vecinos.
A veces hasta hay discusiones por coger el mejor sitio. Es la 'guerra de sombrillas': "Estuvieron dos discutiendo, que si uno se había metido en el lado del otro, y se los llevaron", señala una mujer, sobre la intervención de las autoridades ante estas situaciones.
Entrada la mañana, en el arenal solo quedan sombrillas. Y una ordenanza del Ayuntamiento contempla sanciones de hasta 750 euros a quienes dejen abandonadas sus pertenencias: "Tendrían que multarles a todos", cuenta un hombre. "Como no viene la policía siguen haciendo lo mismo", agrega otro.
Pero esto no va de nacionalidades (los británicos denuncian sentirse discriminados por los que les quitan el sitio desde la madrugada), porque es y ha sido tendencia en todo el litoral. Ocurría en Oropesa y en Torrevieja -"está todo el mundo nervioso", donde hasta hacían cola para entrar a la playa en estampida. Los ayuntamientos ya han tomado medidas.