Un hombre de 60 años de edad ha muerto en la mañana del martes durante unas labores de derribo controlado de un edificio, situado en la calle Explanada de la Estación de Calatayud, que había sido declarado en estado de ruina.
El accidente laboral se ha registrado sobre las 9.30 horas al producirse un derrumbe sobre la retroexcavadora que manejaba el trabajador, que ha quedado atrapado en la cabina de la máquina, según han informado fuentes del Consistorio bilbilitado.
El operario, perteneciente a la empresa contratada para ejecutar estos trabajos, que dieron comienzo en la tarde del lunes, se ocupaba de ir retirando con la retroexcavadora los materiales de la demolición.
El Ayuntamiento de Calatayud había resuelto la demolición controlada del edificio que ocupa los números 8 y 9 de la citada vía, a la vista de varios informes técnicos que advertían del peligro del inmueble y después de declararse su ruina, y ante los reiterados requerimientos a la propiedad.
Se trata de una actuación de emergencia debido al grave peligro que supone esta situación. La empresa adjudicataria es Obras y Construcciones RRD por un importe total de 47.359,51 euros.
El pasado 12 de julio un informe del arquitecto técnico municipal informaba del estado de colapso parcial de esta construcción y del riesgo de colapso total tras la intervención de bomberos por un incendio en una de las viviendas.
En dicho documento se hacía constar que el inmueble presentaba cierto peligro para la seguridad pública y para la integridad del patrimonio, puesto que se ubica justo al lado de la Capilla de la Estación y próximo a la estación ferroviaria.
Anteriormente ya se habían realizado varios requerimientos a la propiedad para actuar en su cerramiento y con medidas que garantizasen su estabilidad.
La estructura del edificio se declaró el estado de ruina inminente y se estableció la necesidad de llevar a cabo de manera urgente su demolición.
Además, el pasado 8 de julio se registró un incendio en una de esas viviendas agravando la situación, ya que el fuego y el agua empleada en su extinción aumentó la carga de los forjados y disminuyó su capacidad, incrementando el riesgo de colapso total.