Con la subida que han experimentado los viajes en avión en el último año –con incrementos superiores al 30 % según algunos actores del sector como Kayak o Destinia–, los viajeros se lanzan a la busca y captura de los mejores precios posibles. Para ello optan por horarios intempestivos y por llevar la menor cantidad de equipaje posible.
Desde que el coste del equipaje en bodega se desgranó del precio total de los billetes, hay quienes hacen encajes de bolillos para conseguir colocar todo lo que necesitan en sus bultos de cabina. Otros, en cambio, prefieren tener todo su equipaje a mano para evitar cualquier pérdida o extravío de las maletas.
Es entonces cuando surge la pregunta: ¿cuántas maletas es posible llevar en la cabina del avión? Y a esta cuestión se añaden otras como ¿cuál es el tamaño de las maletas de mano? o ¿hay que pagar por ellas en alguna aerolínea?
Pues bien, no es posible responder de una manera unificada a estas preguntas por una simple cuestión: cada aerolínea tiene sus propias políticas, con lo que dependerá de aquella con la que decidamos volar. Y es que, aunque la Ley de Navegación Aérea indique que el equipaje está incluido en el precio, son las compañías aéreas las que disponen cuál es el tamaño de ese equipaje.
A pesar de que los fabricantes de equipaje suelen diseñar las maletas de mano con medidas muy similares, lo cierto es que las hay de todo tipo: más altas, más anchas, con más fondo, con forma de bolsa, mochilas… Por ello, tal y como informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), “la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) consultó a Boeing y Airbus sobre las medidas más recomendables en los aviones más habituales, y a partir de su respuesta, emitió una recomendación ‘oficial’: no exceder de 55 x 35 x 20 cm, ruedas, asas y bolsillos incluidos”.
En este sentido, son muchas las compañías que permiten bultos de mayores dimensiones en el avión. Es más, por regla general, la mayoría suele dejar que los pasajeros suban con una maleta de cabina más un bolso o mochila de menores dimensiones. Las primeras deben colocarse en los compartimentos superiores, mientras que bolsos y mochilas tienen que situarse debajo del asiento delantero.
Eso sí, en numerosas ocasiones es tal el número de maletas de mano, que la tripulación se ve obligada a desviar algunas de ellas a la bodega antes de que el pasajero entre en el avión. En ese caso, se deberán recoger en la cinta de equipajes que haya en el aeropuerto de destino.
El hecho de que haya compañías que cobren un suplemento por el equipaje de mano es para la OCU “una práctica abusiva”, ya que “en la práctica, el precio final del billete no siempre incluye el transporte gratuito de una maleta de cabina pequeña (como la recomendada por IATA de 55 x 35 x 20 cm), especialmente en las tarifas más económicas de algunas compañías, pensadas para viajar con lo puesto, sin facturar maletas, pero con el equipaje de mano necesario”. Por ello, esta organización solicita que “se definan unas medidas mínimas de equipaje de mano comunes para todas las aerolíneas”.