Es uno de los utensilios más usados en los meses de verano y más con las continuas olas de calor que estamos sufriendo este año. Hablamos de la nevera portátil, un habitual en jornadas campestres, en días de playa e incluso en viajes de largo recorrido.
Las hay de diferentes tipos, desde las que no son rígidas y tienen un tamaño pequeño, hasta otras que incluso funcionan con electricidad y, por lo tanto, mantienen el frío mucho más tiempo en su interior. Sea como fuere, su misión es clara: mantener frescos tanto bebidas como alimentos para que puedan ser consumidos en perfecto estado cuando una persona así lo desee.
Alimentos y objetos en el interior de la nevera portátil
Como cabe esperar, dentro de una nevera portátil podemos encontrar todo tipo de alimentos y en ocasiones otros objetos, además, claro está, de hielos y acumuladores de frío que ayudan a que este no se disipe y todo se conserve a menor temperatura. En este sentido, hay cientos de opciones para llenarlas con aquello que vamos a necesitar, pero también hemos de tener en cuenta algunas excepciones que señalamos a continuación.
Si el interior de las neveras tiene aluminio para mantener el frío o si lo introducimos nosotros, es conveniente no introducir ningún aparato con pilas porque estas pueden calentarse demasiado debido a la carga de electricidad reinante.
Tampoco hay que meter recipientes (tuppers, botes, etc.) sin que se hayan lavado con anterioridad, ya que podrían “contaminar” la nevera en la que es posible que también se introduzcan alimentos como piezas de fruta.
Lo mismo ocurre con las latas y botellas. De hecho, si se va a utilizar una nevera en la que se mezclen bebidas y comidas, lo más adecuado será separarlas para que no entre en contacto, ya que, habitualmente no se limpian y desinfectan las latas de bebida.
En el caso de contar con una nevera portátil de menor calidad en la que el frío se mantiene menos tiempo, habrá que tener cuidado con el tipo de alimentos que alberga. Lo más normal es que una nevera bien utilizada mantenga el frío durante una jornada, pero si no fuera así, las preparaciones con huevo podrían estar en peligro.
Asimismo, no hay que meter alimentos recién cocinados o calientes, puesto que ralentizaría el enfriamiento y provocaría que los elementos refrigerantes disminuyeran su eficacia y, como consecuencia, el tiempo que están enfriando.
Dado que la nevera se emplea para guardar cosas que comeremos y beberemos, no conviene introducir otro tipo de elementos. Y menos aún sin haberlos lavado con anterioridad.
En definitiva, una nevera debe utilizarse de una manera coherente para evitar cualquier tipo de problema. No en vano, es una gran aliada en los días calurosos del verano.