El año pasado se ahogaron 394 personas en España y este 2023 va camino de batir récord. Ya suman casi 200 fallecidos y aún queda todo el verano por delante. El problema, según los expertos, es que nos confiamos demasiado. Y en el caso de los niños, esto puede ser fatal.
En esta última semana se han ahogado dos: uno de cuatro años en Molina de Segura (Murcia) y otro de diez en Burgos. Ahogamientos que con unas sencillas normas se hubieran podido evitar.
La precaución y vigilancia es fundamental. Sobre todo con los menores, porque pese a lo que se cree, los niños no se ahogan dando gritos o con grandes aspavientos. Casi nadie lo hace, alguien que se está ahogando fisiológicamente es incapaz de pedir ayuda." Muchas veces solo se hunden", explican los expertos. Y es cuestión de segundos poder salvarles.
"Solo se necesitan 30 segundos para que se ahoguen y una profundidad de 10-15 cm de agua", explica Julián Sánchez, técnico en emergencias sanitarias en Comunidad de Madrid (Summa), quien advierte que por eso es fundamental no dejar de mirarles. "Como siempre están jugando, si no estás atento se te pasa desapercibido. Tenemos que ser capaces de detectar una víctima en riesgo y los niños son complicados. Si no estás supervisando el juego del niño puedes no darte cuenta", explica.
P. ¿En qué nos tenemos que fijar para ver que no se trata de un juego?
R. Lo primero es que si el niño se sumerge y no sale en menos de 10 segundos tenemos un problema. Hay que sacarle
P. ¿Y cómo sabes que no está buceando?
R. Se sabe. Si lo estás viendo, cuando está buceando se mueve. Y normalmente se mueven con movimientos coordinados porque se desplaza. Si el niño no se mueve y no se desplaza entonces ahí hay peligro. Que no avance es un mal síntoma.
P: Entonces, si vemos que está sumergido con movimientos no coordinados, ¿tenemos que sacarle?
R. Eso es. Recordemos, si no se mueve, no tiene movimientos coordinados y no avanza, tenemos que sacarle inmediatamente.
P. Muchas veces los ahogamientos de adultos van asociados a algún tipo de accidente o patología. ¿En los niños es igual? ¿Por qué se ahoga un niño? ¿Porque se cansan?
R. Los niños se ahogan porque dejan de respirar, puede que les entre agua o no. Un niño si deja de respirar 30 segundos ya tiene una hipoxia, por tanto no se mueve y tenemos el síntoma del ahogamiento claro.
P: Para evitarlo tenemos que estar pendientes.
R. La idea que hay que tener clara es que tengo que mirar a la piscina cada 10 segundos como mínimo, y no puedo tardar en llegar al niño más de 20 segundos.
P. En 30 segundos se ahoga.
R. En 30 segundos se ahoga y no se necesita mucha agua. Por eso las piscinitas estas hinchables no son seguras para dejar a los niños solos.
P. Esto es el peligro en niños pequeñitos, pero qué pasa cuando son algo más mayores, ¿es también necesario estar atentos?
R. Siempre. Los niños algo más mayores tienen un juego que es las apneas, jugar a ver quien aguanta más. Y eso hay que vigilarlo. En ocasiones ocurre que aguantan demasiado, entran en esa fase de hipoxia, que ya no tienen oxígeno y dejan de respirar. Se quedan como dormidos dentro del agua y tienen la sensación de que no necesitan respirar. Este juego del aguante de las apneas nos ha llevado a muchas situaciones no deseadas.
P. ¿También son peligrosas las aguadillas?
R. Claro, con las aguadillas el problema que tienen es que un niño se lo hace a otro y el que está arriba está aguantando jugando pero el de abajo está sufriendo porque no pude respirar. A parte de que se puede ahogar hay que tener cuidado también con los traumatismos. Se pueden dar un golpe contra el suelo de la piscina o la pared, que eso también pasa con las aguadillas. Y otro juego que hay que vigilar es cuando se tiran de cabeza, todos los años tenemos accidentes por eso.
P. ¿Hay alguna edad en la que podamos bajar la guardia? ¿A partir de los 10 años?
R. La edad no es el factor. Lo importante es que sepan nadar. Esa es la mejor medida de prevención. Y no perderles de vista.
P. Porque aunque sepan nadar hay peligro.
R. Sí, porque los niños juegan. Se tiran por ejemplo a coger objetos del fondo de la piscina y puede pasar que se pasen de tiempo sumergidos.
P. Así que cuidado con los juegos.
R. En las piscinas públicas los juegos de saltar al agua o hacer aguadillas está prohibido. En las privadas nos relajamos, pero cuidado, hay que advertir y estar pendientes. Es estar con ellos, sin más. Sin perderles de vista.
P. Lo que da miedo es que no nos demos cuenta.
R. El mayor problema es la falta de supervisión. Nunca hay que bajar la guardia en una piscina. Si no miras puede que no te des cuenta que un niño se esté ahogando. Y no olvidemos la regla de no tardar más de 10 segundos en mirar y estar a una distancia de no más de 20 segundos en llegar. Somos los adultos los que tenemos que estar pendientes. Vigilando, a los pequeños y mayores.
P. ¿Qué podemos hacer en caso de que veamos que un niño está sumergido? ¿Cómo actuamos?
R. Una vez que le sacamos tenemos que ver si tiene los signos de vida, si tiene movimiento, o tose, o intenta respirar. ¿Hace algo de esto? Pues tiene vida. Si no se mueve inmediatamente hay que darle cinco insuflaciones de aire.
P. ¿El boca a boca?
R. Eso es. Una vez que lo hemos hecho, vemos si ha recuperado el movimiento. Por lo general en cuanto los sacas y les das cinco insuflaciones, normalmente salen enseguida. Si no es así, le haríamos 30 compresiones en el tórax. Una reanimación cardiopulmonar. Le hacemos cinco insuflaciones, veo que no se mueve, y entonces las comprensiones con la mano en el centro del tórax. Al ser niños con una mano es suficiente. Y cuento 30 a un ritmo rápido. Luego se le dan dos insuflaciones más. Y por supuesto llamar al 112.
P. Sin querer alarmar, pero están comprobando que los ahogamientos son cada vez más frecuentes.
R. En lo que llevamos de año llevamos 190 ahogados. Eso es mucho. Y aunque la gran mayoría se producen en el mar, en piscinas hay ya un 20%. .
Por eso desde emergencias insisten en pedir precaución.
Solo si estamos pendientes podremos tener un verano tranquilo.