Las zonas de playa son el destino turístico por antonomasia durante las vacaciones de verano. Las altas temperaturas y el frescor del agua del mar invitan a pasar los días de asueto tumbados en la arena. Tanto es así que no es raro que mucha gente aproveche estas jornadas y se lleve el piscolabis, la comida, la merienda… o todo ello junto. De ese modo no solo se ahorran el gasto en alguno de los chiringuitos, sino que además evitan perder una posición privilegiada en la arena. Y es que hay playas en las que conseguir una buena situación frente al mar es una tarea complicada.
Cualquiera que haya ido con comida a la playa en sucesivas ocasiones sabrá que hay algunos alimentos que conviene evitar por razones de toda índole. Ni que decir tiene que, aunque sea una práctica que a mucha gente le apasione, comer en la playa no es tan cómodo como hacerlo en una mesa, de modo que hay que obviar aquellos platos que requieran una gran preparación o un lugar adecuado para poder disfrutarlas con total garantía.
Por otro lado, hay otros alimentos que no se deben llevar a la playa por los peligros que puede provocar su ingesta en días tan calurosos como los del verano en España. Los más destacados son los que se apuntan a continuación.
Una de las opciones más comunes cuando se trata de hacer un picnic es hacer una tortilla de patata, sin duda uno de esos manjares de la gastronomía española que suele hacer las delicias de casi todo el mundo. Pues bien, en caso de optar por este plato, lo más adecuado es que la tortilla esté bien cuajada y hecha, ya que de lo contrario se corre el riesgo de que se contamine con las bacterias que provocan la salmonelosis.
El huevo es un alimento con el que hay que tener mucho cuidado cuando las temperaturas son elevadas. No solo es peligroso en las tortillas cuando no queda bien cuajado, sino que además puede provocar que la mayonesa u otras salsas que lo incluyen también se vean afectadas. Así pues, otro de los básicos cuando se come de picnic, como es la ensaladilla, es mejor no llevarlo a la playa, a no ser que se opte por una preparación realizada con huevina –las que se compran ya preparadas en los supermercados están hechas con este ingrediente–. En el caso de la ensaladilla también hay que mencionar el hecho de que es preferible comerla fría, con lo que si no se conserva en una nevera portátil, a la hora del almuerzo no será tan apetitosa.
Aunque no se hallen entre los alimentos más habituales para llevar a la playa, hay que mencionar tanto las carnes como los pescados, ya que el intenso calor y una mala conservación pueden desatar intoxicaciones alimentarias.
El calor también es enemigo de los productos lácteos. La leche se puede “cortar” y su ingesta no solo será desagradable sino que puede provocar trastornos digestivos. Por ello, hay que evitar llevar leche o yogures si van a estar expuestos a temperaturas muy elevadas, como las propias de una playa española en verano.
Si bien es cierto que una cerveza fresquita cuando aprieta el calor es sumamente apetecible para mucha gente, también lo es que abusar del alcohol en la playa no ayuda precisamente a refrescarse. Hay que recordar que las bebidas alcohólicas tienden a provocar deshidratación en el organismo –la cual también aumenta con el efecto diurético asociado–. Por ello, si se beben, también hay que ingerir agua para no sentir un mayor embotamiento en la cabeza, la sensación de mareo o incluso la aparición de náuseas.
Expuestos los alimentos no recomendables para pasar un día de playa, hay que preguntarse por los que sí se pueden llevar. Los más adecuados son las frutas –conservadas frescas en una nevera portátil para que no pierdan agua–, los sandwiches o bocadillos de embutidos, las ensaladas verdes –siempre que se mantengan a una temperatura fresca–, los frutos secos y las latas de conservas. En cuanto a la bebida, la mejor es el agua.