De España a Grecia pasando por Italia. Las mejores islas del Mediterráneo (y algunas de las mejores del mundo) albergan cultura, comida, sol y playas llenas de vida, así como otras más tranquilas donde escapar del bullicio. Estas son las diez mejor puntuadas para visitar este verano.
Si lo que estás buscando es sol, calor y playa, así como terrazas donde ver la puesta de sol, callecitas donde pasear entre tiendas y restaurantes, o calas donde o se escuche más que las aves y el romper de las olas del mar, entonces tienes que viajar a una de las islas elegidas por los expertos en viajes tras la web ‘Musement’, que han recopilado las mejores puntuadas por los visitantes, entre otras cosas en base a su comida, su ambiente y su naturaleza. ¿Con cuál te quedas?
Si algo tiene la isla del sur de Italia es que es la combinación perfecta de belleza natural, arquitectura, historia, cultura y buen tiempo. Sicilia cuenta con sitios protegidos por la Unesco de una belleza y un valor artístico sin igual, como el Valle de los Templos de Agrigento o el circuito árabe-normando de Palermo.
Además, sus mil kilómetros de costa están llenos de playas que son famosas por ser un espectáculo natural, como la Marina di Ragusa, en el sur de la isla, o Lampare, en Tusa. Las playas de Sicilia cuentan con calas protegidas, sitios arqueológicos y reservas naturales intactas, así como puntos más animados, donde encontrar terrazas para degustar un plato típico siciliano.
Si te va la aventura, además, esta isla en la punta de la bota de Italia tiene una vistas únicas al volcán Etna, y ofrece tours de rafting en las Gargantas de la Alcantara.
De las miles de islas de Grecia, la favorita para este verano según Musement es Creta. Junto con sus playas, montañas, desfiladeros y senderos naturales, la isla cuenta con yacimientos arqueológicos de gran valor, así como pueblitos que merece mucho la pena visitar, como Archanes, Houdetsi, Zaros o Chora Sfakia.
Las playas de Creta tienen poco que envidiar al Caribe, la mayoría de ellas con reconocimiento con bandera azul.
Chipre siempre está entre las favoritas del Mediterráneo, entre otras cosas porque siempre hay algo que hacer allí. Su mezcla cultural ofrece a sus visitantes la posibilidad de visitar ruinas griegas como las de Amathus y Korion, o antiguas mezquitas turcas. Incluso cuenta con vestigios de la cultura veneciana, como las paredes de Nicosia.
En general, la isla está muy bien conectada, por lo que no es un problema para los turistas desplazarse de un lado a otro, y para colmo es uno de los países más seguros de Europa, con uno de los índices más bajos de robos y delitos violentos, según las estadísticas de Eurostat.
Cerdeña combina sus playas con una densa vegetación que a veces dan la impresión de encontrarse en una isla tropical. Entre sus plantas hay algunas endémicas que solo encontrarás allí.
La capital, Gagliari, es toda una joya turística, con imponentes murallas, catedrales bellísimas, estrechas callejuelas, museos, tiendas de anticuarios y artesanía y su barrio medieval. En ella encontrarás la playa del Poetto, aunque esta no es más que una de las muchas que bañan su costa azul, con aguas cristalinas y calas con vistas panorámicas. Cabe mencionar asimismo como un fundamental para todo viajero el yacimiento de Su Nuraxi di Barumini, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Se encuentra en el sureste del Mar Egeo y pertenece al archipiélago del Dodecaneso. Su ciudad medieval, sus ruinas de la antigua ciudad de Cámiros y sus castillos la convierten en una de las islas preferidas de los viajeros del Mediterráneo.
Merece la pena aprovechar para ver la isla cercana de Symi, toda una sorpresa que pocas personas han tenido el gusto de conocer. Podrás disfrutar de calas solitarias y viejos monasterios ortodoxos con vistas a un mar insuperable.
En la lista no podía faltar una de las islas españolas más visitadas. Nuestra Mallorca es un paraíso por muchos motivos: su naturaleza, su fiesta o su gastronomía, entre los principales. Durante la estancia en la isla puedes hacer mucho más que solo ver playas y tomar el sol, como realizar una de las excursiones que se ofrecen al archipiélago de Cabrera, a la reserva de la Albufera, la reserva de Mondragó, Pollença o Es Trenc.
También hay que atribuirle parte de la responsabilidad de su éxito a su casco antiguo, con calles empinadas, una catedral gótica y palacios como el dell’Almudaina o el Palacio de Belvedere. Si te gusta el arte, además, no puedes perderte la Fundación Juan March, dedicada a pintores españoles del siglo XX.
Malta tiene la ubicación y el tamaño perfectos para ser todo un éxito en verano. Con solo 316 kilómetros cuadrados, esta encantadora isla cuenta con monumentos e imponentes fortalezas que son las huellas de su historia única. Su capital, La Valeta, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980 por su inigualable belleza, que roba el aire a cualquiera.
Es fundamental visitar las “Tres Ciudades” (Birgu, Bormla y Senglea) y la isla cercana de Gozo. Además, por supuesto, de sus famosas playas: Blue Lagoon, Golden Bay y Paradise Bay.
Esta isla del mar Jónico, la isla de Cefalonia puede presumir de playas paradisíacas como la que está considerada la más bonita de toda Grecia: la playa de Myrtos. Aunque esta no es más que una de sus más de 40 playas que se extienden a lo largo de 250 kilómetros de costa azul, con acantilados escarpados y casitas de colores. Las gaviotas y los gatos son los protagonistas de sus pueblos pesqueros, donde comerás como un rey (o reina), y encontrarás castillos con una arquitectura que no esperabas durante tus paseos.
Las islas del Mediterráneo no son solo europeas, también africanas. La preferida de los turistas es la de Yerba, que pertenece a Túnez, un remanso de paz de aguas cristalinas y clima agradable. Fue refugio de piratas en el siglo XV, y escenario de batalles entre conquistadores españoles y otomanos. Esto hace que en muchos rincones de la isla encontremos vestigios de lo que fue, como la fortaleza española o el fuerte Ghazi Mustapha.
Te enamorarás de sus callecitas estrechas, sus mercados de alfarería, como el de Gallala, el más famoso, donde se venden todo tipo de objetos en arcilla que los artesanos fabrican durante días con sus propias manos. El casco antiguo de Houmet Souk con sus múltiples cafeterías y decorados únicos son uno de los lugares más ‘instagrameables’ de Yebra, junto con su costa.
Zante no es una de las islas más conocidas de Grecia, pero sí una de las más bonitas. La pintoresca Playa del Naufragio (Paralia Navagio), junto con sus edificios de estilo veneciano o su Museo Bizantino harán que quieras volver. Gran parte de su arquitectura es bastante nueva, ya que tuvo que se reformada tras un terremoto ocurrido en 1953.
La isla es conocida por ser uno de los enclaves esenciales en la conservación de la tortuga marina Caretta Caretta, así como por sus "Cuevas Azules", que fueron descubiertas en 1897 y, a pesar de ser una de las atracciones turísticas más típicas de Zante, no todo el mundo se atreve a adentrarse en ellas. La más grande de las cuevas incluye estalactitas que parecen candelabros congelados en el tiempo.