¿Hizo mucho daño la película 'Tiburón' de Spielberg en la psique de varias generaciones? La respuesta es sí, aunque ahora las orcas no nos den un respiro, ni siquiera en Huelva. Varios especialistas en tiburones aseguran que se trata de “animales imprescindibles que son menos comunes, dañinos y peligrosos para el ser humano que las garrapatas”.
El registro del Archivo Internacional de Ataques de Tiburón de la Universidad de Florida recoge que en 2022 tan solo se produjeron 57 mordeduras en todo el mundo. Así lo declara Agustín López, director de Biología de Atlantis. Los datos parece que son impermeables ante la sensación de inseguridad, que continúa aumentando, sobre todo después de los avistamientos en las playas de Alicante o Ibiza. “Gran parte de la población ignora que existen más de 500 especies y que muy pocas de ellas han atacado a seres humanos”, subraya Marta Martín-Borregón, portavoz de Greenpeace.
Martin ha recordado, en el Día Internacional de los Tiburones, que este tipo de peces cartilaginosos mantienen el equilibrio marino al estar en la parte más alta de la red trófica. “Su desaparición pondría en peligro el correcto funcionamiento de estos ecosistemas”, asegura. Un hecho que podría estar más cerca. La comercialización de su carne cruza más de 200 fronteras y España desempeña un papel fundamental como comercializador y consumidor. Calculan que cada año mueren 100 millones de tiburones y rayas a causa de las capturas y la sobrepesca, según WWF.
Martín y López coinciden al resaltar que existen varios factores que influyen en la aparición de los tiburones en nuestras costas. "Muchas veces están desorientados o heridos en busca de refugio, pero también suceden por el impacto que tiene el calentamiento de las aguas en las corrientes marinas”. El biólogo Carlos Morillo Tordecillas también señala que la aparición de varias especies en las costas atlánticas y cantábricas, “se debe en especial al calentamiento global, que provoca modificaciones muy significativas en la conducta y distribución de las especies marinas.
Morillo destaca la importancia de conservar a los tiburones por ser “una pieza imprescindible” en los océanos. Recuerda que este animal tiene una función concreta de filtro ecológico porque “depredan también a ejemplares que se encuentran enfermos o débiles", lo que ayuda a evitar cualquier propagación vírica. Pero esto podría cambiar. Según varios informes de la organización WWF, la población de los tiburones ha disminuido en un 71% desde 1970.
López afirma que la amenaza real no es del tiburón al ser humano sino del ser humano al tiburón, que lo persigue "por su carne o sus aletas o simplemente lo pesca por accidente". Y por eso propone poner en marcha “reglamentos que reduzcan realmente la sobrepesca, así como la creación de santuarios para garantizarle una protección efectiva”.