Las noticias de ahogamientos este verano, lamentablemente, no cesan. Muchos se producen en piscinas. Aunque son terribles accidentes, tener un socorrista puede salvar vidas. Sin embargo, no siempre es obligatorio que haya un socorrista. Vemos que dice la legislación.
En las piscinas públicas o de grandes establecimientos como hoteles siempre hay uno o varios socorristas. En las piscinas comunitarias, a veces, no hay. En cada comunidad autónoma hay una normativa distinta. A veces, incluso los ayuntamientos tienen sus propias ordenanzas al respecto.
En la Comunidad de Madrid la contratación de un socorrista es obligatoria en piscinas comunitarias solo si hay más de 30 viviendas, explica Aelca. El socorrista debe acreditar la formación adecuada en primeros auxilios y socorrismo acuático. Además, deberá permanecer en la piscina todo el tiempo que esté abierta.
En Andalucía, la Junta exige un socorrista las piscinas cuya superficie de lámina de agua alcance los 200 metros cuadrados.
En la Comunidad Valenciana y Cataluña, la normativa se fija en los metros de la piscina para imponer la obligatoriedad del socorrista. Se exige en aquellas que tengan más de 200 metros cuadrados, si rebasa los 500 metros es necesario un segundo profesional y a partir de 1.000 metros cuadrados por cada 500 adicionales se exige un socorrista más.
En el País Vasco, las piscinas de uso colectivo deben disponer de un socorrista, salvo que presenten un documento de exclusión siempre que la comunidad de vecinos tenga entre 20 y 50 viviendas.
En general, la mayoría de comunidades autónomas exigen socorrista en las piscinas privadas de uso comunitario si tienen más de 200 metros cuadrados de superficie de lámina de agua.
A nivel nacional si hay que cumplir la Ley de propiedad Horizontal, que no entra en el asunto del socorrista. Solo hace referencia a los elementos comunes en su normativa, por lo que una comunidad de vecinos está obligada a respetar las normas de mantenimiento y seguridad como es la limpieza, la higiene, controles del cloro… Dichas normas tienen que estar expuestas en un lugar visible para que los propietarios puedan conocerlas y cumplirlas.