¿Por qué no es bueno pesarse todos los días?

No cabe duda de que el peso es una fuente de preocupaciones para muchas personas, ya sea por razones estéticas, ya sea por razones médicas. No en vano, según la Encuesta Europea de Salud realizada en el año 2020, en España había un 16,5 % de hombres y un 15,5 % de mujeres mayores de 18 años que padecían obesidad. Y eso no es todo, el 44,9 % de los hombres y el 30,6 % de las mujeres de entre 35 y 74 años tenían sobrepeso.

Por lo tanto, no es de extrañar que haya personas pendientes en todo momento de cuánto pesan. Para llevar un control exhaustivo, el mejor modo es pesarse frecuentemente, pero ¿es bueno hacerlo todos los días?

Opiniones encontradas

Ante esta cuestión hay quienes consideran que pesarse todos los días a la misma hora es recomendable para controlar el peso. Sin embargo, hay otros muchos especialistas que consideran un error esta práctica, ya que puede provocar trastornos psicológicos en la persona. Así lo explican en Quirón Salud: “La realidad es que pesarse todos los días genera comportamientos dañinos sobre la salud mental”.

Inconvenientes de pesarse a diario

La razón de este rechazo a usar la báscula cada día es que no supone un indicador fiable, dado que hay ocasiones en las que el peso de una persona varía considerablemente dependiendo de los líquidos que retenga. Esto puede generar la creencia de que el trabajo que se está haciendo con la dieta no está dando los frutos deseados, ya que, de repente, se han ganado unos gramos cuando el objetivo era el contrario.

Es más, tal y como apuntan en el citado centro médico se pueden dar las siguientes situaciones:

  • Caer en una comparación excesiva y, como consecuencia, en un control que conduzca a tener una obsesión por saber si lo que se come ha provocado un aumento de peso.
  • Sentir frustración si hay días en los que no solo no se pierde peso, sino que además se gana. Obviamente, este hecho supone no responder a las expectativas y, como consecuencia, generar desmotivación e incluso culpabilidad por no trabajar los hábitos alimenticios como se debe. Asimismo, todo ello puede desembocar en episodios de ansiedad e incluso en depresión.

Esto no quiere decir que no sea necesario controlar el peso visitando la báscula de vez en cuando. Sin embargo, hay que hacerlo de un modo más racional.

¿Cómo y cuándo hay que pesarse?

Para evitar estas sensaciones expuestas –que pueden dar lugar a problemas psicológicos–, existe una frecuencia recomendable para pesarnos, aunque dependerá de cada persona y de sus hábitos.

La recomendación habitual es pesarse una vez a la semana y que esta siempre coincida en un mismo día, a ser posible alejada de esas jornadas en las que nos dejamos llevar y quizás hagamos algún exceso –los fines de semana suelen ser más relajados en cuanto a las costumbres alimenticias–. 

En cuanto al momento del día, habitualmente se aconseja acudir a la báscula por la mañana y en ayunas. Y claro está, sin ropa. De ese modo los resultados serán comparables y ofrecerán una información mucho más real que si nos pesamos cada día. En este sentido, es importante utilizar siempre la misma báscula, ya que puede haber variaciones entre unas y otras.