La hija del Capitán Tom Moore, el gran héroe de la pandemia en el Reino Unido que se propuso con 99 años dar cien vueltas al jardín de su casa con un caminador para recaudar fondo para la sanidad pública, se encuentra en el ojo del huracán. La acusan de haberse aprovechado del impoluto nombre de su padre para su beneficio y codicia personales. Los vecinos han denunciado la construcción de un spa en el jardín de su casa presuntamente con el dinero procedente de donaciones a la fundación que ella creó después de la muerte de su padre hace dos años para ayudar la gente mayor.
El regulador británico está investigando si la empresa que tienen Hannah Ingram Moore, de 52 años, y su marido, Colin, se ha lucrado gracias a la fundación. El municipio ha ordenado la demolición del spa. La Fundación ha cerrado temporalmente cerrando líneas de donaciones mientras dure la investigación que fue iniciada hace más de un año (no ha sido hasta que ha estallado el escándalo del spa que han decidido cerrar) y no se aclare todo.
Todo el mundo recuerda al Capitán Moore, aquel anciano de 99 años que se propuso dar cien vueltas al enorme jardín de su casa en Marston Moretaine, en el sur de Inglaterra, durante el confinamiento por la pandemia del Covid-19 en 2020 para recaudar 1.000 libras (1.170 euros) para el Servicio Nacional de Salud (NHS), la sanidad pública británica, en agradecimiento por sostener el país ante la pandemia. El capitán daba una vuelta cada día agarrado al caminador que utilizaba para acompañar sus delicados pasos.
De pronto sus caminatas se hicieron virales. Su tierna determinación y su voluntad de hierro conquistaron el corazón de los británicos. Apareció en todos los telediarios del país y de todo el mundo, convirtiéndose en un fenómeno nacional. Las vueltas eran grabadas por Hannah, la pequeña de las dos hijas que tenía, que vivía en su casa con su marido. Era una casa grande de tres plantas. El capitán rebasó las mil libras y consiguió recaudar 39 millones de libras (unos 45 millones de euros, tras la devolución de la Hacienda británica).
El día de su centésima vuelta, el día de cumplía los cien años, el 30 de abril de 2020, fue flanqueado por soldados del Ejército (manteniendo la distancia social pertinente). Moore, nacido en 1920, tras licenciarse como ingeniero civil, se alistó en el Ejército durante la Segunda Guerra Mundial primero en el regimiento del Duke de Wellington y luego en el cuerpo de vehículos blindados reales con el que luchó en el frente de la India y en Birmania (la actual Myanmar), que había sido invadida por los japoneses, cuando estos dos países eran parte del Imperio Británico.
Después de la guerra fue instructor de vehículos acorazados. El día que dio la centésima vuelta al jardín flanqueado por una docena de soldados lució la casaca militar con sus condecoraciones de guerra en la pechera. Ese día recibió 225.000 cartas de felicitación por parte de ciudadanos británicos. Esa última vuelta con el caminador fue emitida en directo por la BBC. Tres meses más tarde, en julio de 2020, fue nombrado caballero por la reina Isabel II en persona en una ceremonia en el castillo de Windsor de forma totalmente excepcional. La reina le dio el espaldarazo con la espada de su padre, el rey Jorge VI. Y después conversaron durante cinco minutos.
Una semana antes de su centenario grabó el ‘You’ll Never Walk Alone’ de Gerry & The Peacemakers con el cantante y actor Michael Ball y con un coro de enfermeros y enfermeras del NHS para recaudar fondos. En apenas unas horas alcanzó el número uno en las listas nacionales convirtiéndose en el número uno de mayor edad. La principal editorial británica Random Penguin House, le encargó su biografía y el capitán explicó en 2020 que estaba trabajando en ella.
Sir Tom Moore falleció en el hospital de Bedford por una neumonía sobrevenida por el coronavirus el 2 de febrero de 2021. Fue despedido como un héroe. Una estatua de bronce en su honor fue instalada en su pueblo natal de Keighley, en el norte de país.
En marzo de 2021, el mes siguiente de su fallecimiento, Hannah Ingram Moore estableció una organización benéfica con el nombre de su padre, la Fundación Capitán Tom, para ayudar a las personas mayores y mantener vivo el espíritu con el que su padre inspiró a toda una nación para que aguantara en los duros días del confinamiento. Ese mismo mes de marzo el regulador de las organizaciones benéficas abrió una investigación de cumplimiento regulatorio a la fundación ante la sospecha de que la marca del Capitán Tom había generado beneficios a Club Nook Limited, la empresa que Hannah y su marido habían creado en abril de 2020, después de que su padre diera la centésima vuelta y atrajera aquella exagerada atención mediática. Los gastos de la empresa eran elevadísimos en comparación con sus ingresos.
En junio de 2022, el regulador inició una investigación legal porque creía que la familia de Moore se había beneficiado de la organización benéfica establecida en su nombre. El regulador dijo estar preocupado pr los vínculos de la fundación y la empresa privada de Ingram-Moore, que “pudo haber generado ganancias significativas” para Club Nook Limited, sino también por la toma de decisiones de los fideicomisos de la fundación. En el primer año de la fundación, Club Nook ganó 809.000 libras (947.999 euros), según informes vistos por The Times, que se quedaron en 500.000 libras (585.000 euros) después de pagar a todos los acreedores.
La empresa posee marcas registradas de Sir Tom para fines que incluyen cerveza, licores, calendarios de vino y tarjetas de felicitación y fiambreras. Helen Stephenson, directora ejecutiva del regulador, afirmó: “El Capitán Sir Tom Moore inspiró a la nación y es vital que se proteja la confianza pública en la fundación y que las personas sigan sintiéndose seguras de apoyar buenas causas”. El pasado mes de febrero trascendió que el consejo de la fundación había pedido al regulador que les permitiera asignar a Ingram Moore un salario de seis números, una petición que fue rechazada.
Ingram-Moore y su esposo solicitaron al municipio de Bedfordshire permiso en 2021 para construir un edificio con forma de L de la fundación para albergar oficinas y salas de reuniones en los terrenos de la casa del capitán “para sus objetivos caritativos”. El proyecto fue aprobado por la autoridad de planificación. Un año más tarde presentaron otra solicitud para un edificio más grande en forma de C “con un edificio separado para uso de los ocupantes”, según lo describió el municipio, con una piscina de hidromasaje, vestuarios y duchas, pero el permiso fue denegado.
Pero los vecinos de la familia Moore han denunciado que han construido el spa pese a no tener permiso. Jilly Bozdogan, cuyo jardín se encuentra frente a la casa del Capitán Tom, dijo a la BBC: “Cuando vimos el spa de la casa, me horroricé. Obviamente no se adhirió a la solicitud de planificación que presentaron y, para ser honesto, es una monstruosidad”. Bozdogan explicó que vivía con su madre, de 99 años, que se habían derribado árboles para acomodar el controvertido edificio y arruinaron el disfrute de su madre de su jardín.
“Se emitió un aviso de ejecución que requiere la demolición del edificio no autorizado y ahora está sujeto a una apelación ante la inspección de planificación”, dijo un portavoz del consejo municipal. Los vecinos estaban furiosos sobre todo porque admiraban al capitán y ven como están dilapidado su nombre y apropiándose del dinero que la gente dona por el recuerdo que tienen de Tom Moore. “Creo que es una pena para el legado del capitán Tom Moore que se haya desacreditado al pueblo -explicó otra vecina-. Él hizo un enorme trabajo para la caridad”.