La mujer angustiada por contar a su hija que su "padre" es su hermano: "Quiero decirle la verdad y no sé cómo"
La hija tiene 30 años y los padres no le han contado hasta ahora que su hermano donó el esperma para su nacimiento
Un caso así no sería posible en España
"Tener hijos de formas diferentes no interfiere realmente en el funcionamiento de las familias", según un estudio de Cambridge
En Estados Unidos una mujer ha escrito en el foro de una psicoterapeuta preguntando cómo puede contar a su hija de 30 años que su 'padre' en términos genéticos es su hermano. "Quiero decirle la verdad y no sé como", comenta en la columna de Lori Gottlieb en The Atlantic.
La mujer explica que su pareja, después de un matrimonio en el que tuvo dos hijos, se había hecho una vasectomía antes de conocerla y cuando ellos quisieron tener hijos, necesitaron recurrir a un donante. En lugar de acudir a un banco de esperma, se lo pidieron al hijo del marido.
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"Pensábamos que era la mejor decisión: nuestro hijo tendría los genes de mi marido y conocíamos la personalidad, la inteligencia y la salud de mi hijastro", comenta. El joven aceptó. Pero tres décadas después no es la genética lo que separa a esta familia, sino la verdad.
De hecho, eso es lo que subraya en este caso la terapeuta. En realidad, la hija no necesita conocer la verdad, sino dos verdades: la primera, que su hermano donó el esperma para su concepción; la segunda, más importante, por qué "las personas que ella llama padres la han estado engañando durante tres décadas". Gottlieb insiste en la necesidad de darle una explicación y asumir que fue un error ocultarlo.
Cuestiones de bioética
El caso suscita cuestiones de bioética ante las diferentes vías que ofrecen las técnicas de fertilidad. También sobre la necesidad de los padres de saber que lo mejor es que los niños conozcan sus orígenes, desde el principio y a medida que van madurando.
Recientemente, la opinión pública se centro en el caso de Ana Obregón, que ha sido madre-abuela gracias a un proceso de gestación subrogada con semen de su hijo, ya fallecido y una gestante contratada.
Son dos casos distintos con un elemento común, el empleo de material genético familiar para formar una familia. Ambos tratamientos se han llevado a cabo en Estados Unidos, donde las normas de fertilidad son más laxas.
En España ninguno de los dos se podrían llevar a cabo. Aquí la donación de gametos fuera de la pareja es y tiene que ser anónima. Al margen de que los expertos consideran que para evitar conflictos de identidad, o problemas de aceptación, es importante si se tienen dudas contar con un psicólogo reproductivo, que es la persona que ayuda en estos casos.
Un estudio recientemente publicado por la Universidad de Cambridge (Reino Unido) refiere que "tener hijos de formas diferentes o nuevas no interfiere realmente en el funcionamiento de las familias". Pero eso sí, es importante ser sincero sobre la forma como se ha venido al mundo.
"Cuando ha habido una buena comunicación no se produce ningún tipo de rechazo, el vinculo con la madre o padre es el mismo. No es cierto que se rechace a la familia. Puede haber curiosidad, por saber porqué lo hizo el donante, cómo sería físicamente, una curiosidad saludable", explica en NIUS la psicóloga, profesora universitaria e investigadora Marta Diez.
La reproducción asistida
El retraso en la edad de las parejas a la hora de formar familia está provocando un aumento de las técnicas de reproducción asistida. De acuerdo con la Sociedad Española de fertilidad más de 800.000 parejas tienen problemas reproductivos.
"La infertilidad afecta a 1 de cada 5 personas en España, somos casi un millón de parejas con problemas reproductivos", expuso en el Congreso la Asociación Red Nacional de Infértiles (RNI).
Y quizá por eso, en nuestro país se llevan a cabo más de 180.000 tratamientos de fertilidad al año, con parejas que necesitan ayuda y con mujeres que optan por la maternidad en solitario. Esto lleva a casi un 10 % de los nacimientos, según los últimos datos del Registro Nacional de Actividad (Registro SEF de 2019) con un aumento de un 28% en los últimos cinco años, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).
Derecho a conocer a los donantes
Pero para llevar a cabo este proceso en España hay que seguir los preceptos que marca la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida. Esta Ley revisaba y mejoraba la anterior de 1988, que fue una de las primeras en promulgarse entre las legislaciones sobre esta materia.
De acuerdo a esta norma: "La donación es anónima y deberá garantizarse la confidencialidad de los datos de identidad de los donantes por los bancos de gametos, así como, en su caso, por los registros de donantes y de actividad de los centros que se constituyan", pero eso sí, "los hijos nacidos tienen derecho por sí o por sus representantes legales a obtener información general de los donantes que no incluya su identidad. Igual derecho corresponde a las receptoras de los gametos y de los preembriones."
Además "la donación de gametos y preembriones aquí se basan en "un contrato gratuito, formal y confidencial", donde solo se percibe "compensación económica resarcitoria" para compensar "estrictamente las molestias físicas y/o desplazamiento necesarios.
En cualquier caso en territorio español no está permitida la gestación subrogada a la que ha recurrido Ana Obregón, pero la ley es menos restrictiva en cuanto a la donación que otros países. Según los últimos dato registrados, más de la mitad de los gametos empleados en técnicas de reproducción (especialmente de óvulos) fue para personas no residentes en España. En 2020 y a pesar de que por la pandemia del covid hubo menos tratamientos, 13.588 extranjeras se sometieron a un tratamiento de reproducción en España con óvulo donado en las clínicas españolas.
Psicología reproductiva
Al hilo del aumento de los nacimientos nacidos por reproducción cada vez se desarrolla más una disciplina dentro de la psicología de salud, la llamada psicología reproductiva, que se ocupa de prevenir, evaluar e intervenir en los distintos escenarios que la fertilidad e infertilidad pueden presentar a lo largo del ciclo reproductivo y vital (pubertad, menarquía, paternidad, maternidad, menopausia, andropausia), así como diversas situaciones, que pueden producir alteraciones emocionales y requerir apoyo psicológico o intervenciones más específicas relacionadas con la reproducción.
La psicología reproductiva se dirige a aquella población que requiere información, atención y asesoramiento sobre su salud reproductiva y los procesos y toma de decisiones que ésta conlleva, como por ejemplo: psicoeducación sexual y reproductiva, aceptación de donación de gametos y duelo genético.
Niños felices si se les cuenta su origen
Y en cuanto a los niños nacidos por estas técnicas, "no hay diferencias en el bienestar psicológico ni en la calidad de las relaciones familiares a los 20 años entre los niños nacidos por reproducción asistida (donación de óvulos o esperma o gestación subrogada)", según ha demostrado una reciente publicación.
Realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y publicado en la revista 'Developmental Psychology', este estudio es el primero que examina los efectos a largo plazo de los distintos tipos de reproducción asistida por terceros sobre la crianza y la adaptación de los hijos, así como el primero que investiga prospectivamente el efecto de la edad a la que se comunicó a los niños que habían sido concebidos por donación de óvulos, donación de esperma o gestación subrogada.
"A pesar de la preocupación de la gente, las familias con hijos nacidos mediante reproducción asistida por terceros --ya sea de un donante de óvulos, de esperma o de un vientre de alquiler-- tienen buenos resultados hasta la edad adulta", afirma Susan Golombok, catedrática emérita de Investigación Familiar y exdirectora del Centro de Investigación Familiar de la Universidad de Cambridge, que dirigió el estudio.
Eso sí, según sus conclusiones "los resultados sugieren que hablar a los niños de sus orígenes biológicos pronto -antes de que empiecen la escuela- puede ser ventajoso para las relaciones familiares y una adaptación sana".
Por eso, según lo que refieren los investigadores, la madre con la que se iniciaba este artículo podría encontrarse con problemas de aceptación por parte de su hija: el 50% de los jóvenes adultos a los que se les había contado la historia después de los 7 años declararon haber tenido algún problema de aceptación, mientras que a los jóvenes adultos a los que se les habían comunicado sus orígenes antes de los siete años obtuvieron puntuaciones más positivas en aceptación parental (percepción del joven adulto de los sentimientos de la madre hacia él), comunicación (grado en que se siente escuchado, sabe lo que ocurre en su familia y recibe respuestas sinceras a sus preguntas) y bienestar psicológico.