Ni esquinces, ni roturas de tobillo, aunque sí alguna que otra magulladura, pero sobre todo mucha risa. Las fiestas del Orgullo en Madrid no serían lo mismo sin esta peculiar competición.
La famosa carrera de tacones cumple ya 24 años, los concursantes pueden elegir el atuendo más atrevido, pero lo obligatorio, son un buen par de zapatos de tacón, algunos de hasta 15 centímetros.
El Orgullo no sería el mismo sin la carrera de tacones que se ha celebrado en la carrera Pelayo de Madrid, la normas son sencillas. Salir, correr y pasárselo bien subidos sobre unos buenos taconazos que tienen que medir por lo menos 15 centímetros. Lo importante es no caerse, aunque todos los años siempre hay algún tropezón.