La defensa de un joven acusado de mantener relaciones sexuales completas y consentidas con su novia, cuando ella tenía 14 años y él 22, ha apelado este lunes en San Sebastián a la cláusula 'Romeo y Julieta' del Código Penal para solicitar su absolución.
Aunque la edad de consentimiento para mantener relaciones sexuales en nuestro país está fijada en los 16 años, esta cláusula, recogida en el artículo 183 "quater" del Código Penal, prevé una posible exención de la responsabilidad penal en los casos en los que, por debajo de este límite, las relaciones hayan sido consentidas y se hayan producido entre personas de una edad próxima y con un grado similar de madurez física o psicológica.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce la víctima, han reclamado doce años de cárcel para el inculpado por un delito de agresión sexual con penetración a una menor de 16 años.
Los hechos enjuiciados hoy en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa se produjeron en el contexto de una relación sentimental que la víctima y el procesado mantuvieron entre marzo y octubre de 2021.
Según ha declarado el acusado, durante este tiempo él y la menor tuvieron relaciones consentidas en dos ocasiones, la primera de ellas, en agosto de 2021, sin penetración porque ella se sintió "incómoda" y pararon para hablar sobre el asunto, y la segunda, un mes después, "con preservativo", en el piso de Pasaia (Gipuzkoa) en el que él residía.
El inculpado, quien ha explicado que ambos se conocían porque formaban parte de un grupo de amigos de edades muy diversos cuyos integrantes tenían entre 14 y 31 años, ha afirmado que ambos estaban "enamorados" y que finalmente su vínculo amoroso se rompió por los "celos" de la menor, quien "se agobió" porque pensó que él salía con otra chica.
La declaración de la chica ha tenido lugar puerta cerrada, por lo que los periodistas no han podido presenciar el testimonio, que se grabó durante la fase de instrucción y que se ha proyectado este lunes en la sala para evitar que la adolescente tuviera que intervenir nuevamente en el juicio.
No obstante, la madre de la adolescente ha revelado que se enteró de los hechos porque notó a su hija "muy mal" y "triste", sin ganas de estudiar ni de ir a la escuela, hasta que finalmente "se puso a llorar" y le relató lo sucedido, le entregó el móvil y ella pudo ver los mensajes que se había intercambiado con el procesado, tras lo que presentó una denuncia.
La progenitora ha explicado que, a raíz de estos acontecimientos, su hija ha precisado apoyo psicológico porque se sentía "agobiada" cuando él quería tener relaciones sexuales y "no sabía cómo poner fin a la relación", tras lo que bajó su rendimiento en clase, además de pasarse el día "llorando" y sin querer "salir a la calle".
En la vista, también ha declarado una integrante del equipo psicosocial, quien ha aclarado que la afectación psicológica de la menor era debida a que se sentía "dolida emocionalmente" por la situación pero "no porque tuviera una sensación mala" respecto a las relaciones sexuales que, por otra parte, admitió que habían sido consentidas.
Esta profesional ha dicho, asimismo, que, a su entender, la relación sentimental que ambos mantuvieron fue "entre iguales, para ellos", dado que el grado de madurez del chico estaba "por debajo de la media" de su edad, mientras que la de ella sí estaba en la media de la suya.
Ha precisado asimismo que ambos mantuvieron en secreto su vínculo sentimental para el resto de su grupo, no tanto "por la diferencia de edad" como porque él tenía una relación con otra persona, que era lo que "molestaba" y "afectaba" a la víctima, quien finalmente "decidió poner fin a la relación". El juicio ha quedado visto para sentencia.