El aburrimiento parece el mayor enemigo que podamos tener hoy en día. Cuando la jornada laboral acaba, tendemos a llenar nuestras horas libres de obligaciones y quehaceres de todo tipo. Si bien las primeras suelen ser necesarias, los ratos de ocio no tienen por qué estar repletos de actividades, ya que, al contrario de lo que pueda parecer, aburrirse proporciona beneficios a nuestro cerebro.
En este sentido conviene destacar que las bondades del aburrimiento no solo afectan a los adultos, sino que son especialmente adecuadas para los niños. Incapaces en muchas ocasiones de entretenerse por sí mismos, no es de extrañar escucharles decir “me aburro” como un mantra cuando no saben qué hacer. Es en ese momento cuando los adultos tendemos a ofrecerles cualquier alternativa. Sin embargo, de acuerdo con diversas investigaciones, lo más adecuado será dejar que tengan tiempo para aburrirse, dado que eso fomentará su creatividad.
Recientemente, la revista Forbes publicó las reflexiones de la neurocientífica Alicia Walf, investigadora del Departamento de Ciencias Cognitivas del Instituto Politécnico Rensselaer de Estados Unidos. “Aburrirse mejora las conexiones sociales. Los neurocientíficos sociales han descubierto que el cerebro tiene una red de modo por defecto que se activa cuando nos desentendemos de hacer cosas. De hecho, el aburrimiento puede fomentar las ideas creativas, rellenando las menguantes reservas y proporcionando un periodo de incubación para que nazcan ideas de trabajo embrionarias”.
Además, Walf añadió: "En esos momentos que pueden parecer aburridos, vacíos e innecesarios, las estrategias y soluciones que han estado ahí todo el tiempo en forma embrionaria cobran vida. Y el cerebro obtiene un descanso muy necesario cuando no lo hacemos trabajar demasiado. Algunos escritores famosos han afirmado que sus ideas más creativas les llegan cuando están moviendo muebles, duchándose o arrancando malas hierbas. A estos momentos de inspiración se les llama insight", agrega.
Y es que, como apunta esta neurocientífica, el cerebro está trabajando las 24 horas del día sin descanso, incluso cuando dormimos. De hecho, es durante el sueño reparador cuando se relaja. Esta menor actividad se replica cuando nos aburrimos –ya sea por no saber qué hacer o por realizar tareas rutinarias que resultan monótonas–.
Así pues, entre los principales beneficios que proporciona el aburrimiento a nuestro cerebro, hay que mencionar los siguientes:
Además, aburrirse estimula el autoconocimiento –ayuda a reflexionar sobre nosotros mismos– y puede mejorar tanto la salud física como la mental, dado que la mente descansa.