Cómo se corrigen los exámenes de Selectividad 2023 y por qué las notas son cada vez más altas
En los últimos años la nota media de la Selectividad ha aumentado de un 8,75 sobre 14 en 2015/2016 a un 10,34 en 2021/2022
Los cambios en el formato de la prueba y en su sistema de puntuación han generado más opciones de elevar las calificaciones
Resultados EBAU 2023: ¿cuándo salen las notas de selectividad en cada comunidad autónoma?
En los últimos años la nota media de la Selectividad ha aumentado de un 8,75 sobre 14 en 2015/2016 a un 10,34 en 2021/2022. Este aumento se observa en todas las comunidades autónomas. La hipótesis más frecuente en el debate público para explicar este incremento es que se trata de una subida artificial: los estudiantes cada vez saben menos y se están inflando los aprobados y sobresalientes. ¿Es esto cierto? ¿Es cada vez más fácil selectividad? O son los alumnos los que están mejor preparados.
La subida de las notas en las pruebas de acceso a la Universidad se debe a una dinámica inflacionaria "fruto de decisiones políticas" y a un entorno cada vez más competitivo, según un análisis de datos sobre la selectividad de casi un millón y medio de estudiantes examinados en el periodo 2013-2020. Es una de las conclusiones del informe "La subida de las notas de selectividad: ¿inflación o competición?", realizado por los investigadores del Centro de Políticas Económicas de Esade Lucas Gortázar y Lucía Cobreros, y el catedrático de Didáctica en la UNED Juan Manuel Moreno.
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Según los autores, la atención pública se ha intensificado en estos últimos tiempos asumiendo que la subida de las notas debe atribuirse a que cada vez hay más facilidades para aprobar y obtener sobresalientes, porque el nivel del alumnado estaría bajando. Y, a su vez, el nivel sería menor porque ya no se exige “esfuerzo”. Sin embargo, explican, "como sucede en otros frentes del ámbito educativo, parece que la interpretación ha precedido a la evidencia para instalar como hipótesis central que esta subida de calificaciones implica que los estudiantes saben menos, y que se regalan los aprobados y los sobresalientes".
El documento explora las causas del aumento de las notas de selectividad y trata de determinar si ello responde a un empuje artificial (“hipótesis de la inflación”) o si, por contra, está provocada por mejoras reales derivadas de una mayor competición, esfuerzo y aprendizaje por parte de los alumnos (“hipótesis de la competición”).
Analizando los datos, los investigadores concluyen que la hipótesis de la competición pesa tanto como la de la inflación para explicar la subida. De esta manera, explican, los datos sobre la Selectividad de casi un millón y medio de estudiantes que la realizaron entre 2013 y 2020, muestran que el aumento de las calificaciones se explica a la vez por "la emergencia de un entorno cada vez más competitivo y por una dinámica inflacionaria de las notas fruto de decisiones políticas".
El cambio crucial de una Selectividad a 10 a 14 gracias a la creación de la prueba específica (optativa), la subida simultánea de las notas de corte, el aumento del volumen de estudiantes que se presenta y que además aspira a las notas más altas, han creado un entorno de competitividad que, por ejemplo, ha llevado al 92% en 2022 a realizar una parte de la prueba que se creó en 2010 como opcional.
Los cambios en el formato de la prueba y en su sistema de puntuación han generado más opciones de elevar las calificaciones y, sin negar las fuentes de inflación, "hay también más preparación, de más alumnos que compiten, y con el listón al alza en las notas de corte".
En resumen, una buena parte -"quizás la mitad"- de la subida de notas se explica por el efecto de una participación masiva en la prueba específica, con cada vez más exámenes realizados y, por tanto, más opciones de obtener notas más altas.
En la nota final de la Selectividad concurren tres elementos: la nota de todo Bachillerato (6 puntos), las asignaturas obligatorias para cada modalidad de Bachillerato (fase general; 4 puntos), y las optativas (fase específica, vigente desde 2010; 4 puntos extra). El estudio deja claro que la nota de Bachillerato es superior en promedio a la nota de la fase general para los alumnos. La diferencia entre ambas es mayor para las chicas (con respecto a los chicos), para el alumnado que mejores notas saca en Bachillerato y para el alumnado que acude a centros de Bachillerato privados: sin embargo, en un modelo estadístico donde controlamos por factores de alumno, CCAA y escuela, dichas brechas se reducen significativamente en magnitud.
En 2017 una nueva reforma redujo las opciones de escoger materias para la fase general y específica. Esto produjo un efecto inflación de las notas a través de dos canales:
- Las CCAA y universidades públicas respondieron al cambio regulatorio permitiendo que se ponderara dos veces una de las materias obligatorias inflando así de manera artificial la nota final de Selectividad.
- Los centros educativos, al ver que la nueva regulación podía afectar negativamente los resultados de Selectividad de sus alumnos, pudieron optar por compensarles con una subida de las notas de Bachillerato. Esto lo podemos ver gracias a una comparativa con el año anterior mediante un modelo estadístico.
Por otro lado, en 2020 se tomaron medidas para compensar el cierre escolar derivado de la pandemia tanto en el expediente de Bachillerato como en las pruebas de la Selectividad, permitiendo a los alumnos descartar preguntas en todas las materias de la prueba. Encontramos que:
- Se produjo un aumento sustancial de los resultados, probablemente debido a las mayores facilidades en Bachillerato y pruebas, que supuso la subida de medio punto en la nota final de admisión.
- El grueso (58%) de este aumento se explica por una mayor nota en la fase específica, un 26% por el aumento de la nota en la fase general, y el 16% restante por los mejores resultados en Bachillerato.
- Sin embargo, vuelve a observarse el efecto competición, aunque en menor medida, al comparar alumnado que accede a universidades públicas (donde crecen más los resultados en la fase general) con respecto a las privadas.
Para mejorar la Selectividad fomentando la competición justa y evitando los fenómenos de inflación de notas, los autores del informe proponen cinco medidas:
- Incrementar de nuevo la opcionalidad (peso relativo de las materias optativas respecto a las comunes en la nota final, así como variedad y profundidad de los conocimientos que se evalúa) y derogar la reforma de 2017, protegiendo la fase específica de la prueba que trajo mayor competitividad y aprendizaje.
- Eliminar las medidas excepcionales que se tomaron en 2020 como consecuencia de la pandemia que han producido un efecto inflacionario en las notas.
Reducir el peso del expediente académico del Bachillerato al 50 o 40 por ciento sobre la nota final de admisión (como ocurre hoy en Francia) y monitorizar regularmente las diferencias de notas de Bachillerato y fase general por centros y alumnos.
- Aumentar la coherencia y objetividad de la evaluación mediante pruebas más comparables entre comunidades autónomas y un sistema de corrección más fiable.
- Seguir avanzando en el desarrollo de una “prueba de madurez” que permita una mayor coherencia y provoque cambios curriculares y mejoras de aprendizaje reales.
Quién pone las notas en la selectividad
El sistema de correcciones de la EBAU se compone de más de mil profesores de instituto y universitarios por cada comunidad autónoma. Los docentes se presentan de manera voluntaria y corrigen en unos cinco días entre 120 y 130 exámenes, dependiendo de la materia a la que se dediquen. Estos profesores son los responsables de vigilar las pruebas mientras se ejecutan y luego se encargan de corregirlas. Además, son los que tienen la última palabra en la calificación final.
Los solicitantes deberán ser especialistas en las distintas materias que componen las pruebas y serán evaluados para demostrar su experiencia. No podrán participar en los Tribunales EVAU y Reclamación quienes tengan parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado que vayan a presentarse a las pruebas de la EvAU.
El proceso de selección de los correctores es llevado a cabo por los presidentes de los tribunales, quienes son catedráticos de las universidades. Las Comunidades autónomas garantizan al menos, un 40 por 100 de profesores universitarios y un 40 por 100 de profesores de secundaria que impartan Bachillerato y procuran que se realice una composición equilibrada entre mujeres y hombres, salvo que no sea posible por razones fundadas y objetivas.
En el caso de que el número de profesores especialistas, tanto de universidad como de Enseñanza Secundaria, que soliciten formar parte de los tribunales sea superior al número de vocales necesarios para constituir los tribunales, la designación se realizará por sorteo. Los miembros de Comisión de Materia quedarán exentos del sorteo, siendo miembros natos del Tribunal, siempre que lo soliciten.
Estos educadores reciben un pago por la corrección y vigilancia de los exámenes que varía según cada comunidad autónoma. En cada región del país la cantidad que reciben los miembros del tribunal es diferente. Como norma general, cobran una cantidad fija y otra por examen corregido. La cantidad fija corresponde a dietas, su labor durante el proceso y por día trabajado. Según una media realizada los últimos cursos, los profesores que participan en la Selectividad cobran casi 600 euros por cuidar y vigilar en los exámenes y 2,29 euros por cada prueba de este tipo corregida.