Los habitantes de Moralzarzal han acompañado a las familias de dos de las cuatro víctimas del accidente de tráfico de la madrugada del domingo en la carretera M-608, en el entierro que ha tenido lugar esta mañana en el cementerio de esta localidad del noroeste de Madrid.
Al cementerio se han acercado numerosos amigos y conocidos de la joven que conducía el vehículo, Polina, de 25 años, que este martes hubiera cumplido 26, y compañeros de su hermana menor, que continúan consternados por la desaparición de ambas. En un drama que parece no tener fin hoy se ha sabido que los padres de una de las menores fallecidas se enteraron de la muerte de su hija, de 13 años, cuando fue a dar el pésame a la familia de la conductora.
El párroco de la localidad ha oficiado una misa en el cementerio, donde han sido enterradas bajo una lápida sobre la que han colocado numerosas flores y fotos de las dos hermanas, muy apreciadas en el pueblo.
Con respecto a las otras dos menores, una será enterrada en el cementerio de Collado Villalba y la otra en Cáceres.
Las cuatro jóvenes murieron casi al amanecer del domingo pasado en un accidente de tráfico después de que la mayor de la víctimas recogiera en su coche a su hermana y otras dos amigas en las fiestas de Collado Villalba, para regresar a Moralzarzal, el pueblo en el que todas vivían.
La tragedia ha ocurrido en una vía que algunos usuarios consideran peligrosa. "Es muy estrecha, no hay cuneta, hace una curva, por la noche es muy oscura esta carretera debería de ampliarse, porque además tiene mucho tráfico", narra una de las vecinas de la localidad. Otro usuario considera que "el problema de la calzada es que tiene muy poco arcén". Todo apunta a que un despiste de la conductora, que había ido a recoger a las tres menores fallecidas a las fiestas de Collado Villalba, se despistó.