La aplicación de la ley educativa Lomloe está cogida por pinzas. La convocatoria de elecciones del 23-J ha puesto todo patas arriba. Y la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir más allá de los comicios generales es total en temas de Educación. La Lomloe fue aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez en diciembre de 2020 sin consenso parlamentario. PP, Vox y Ciudadanos presentaron enmiendas a la totalidad que fueron rechazadas. Ahora, Alberto Núñez Feijóo ha anunciado que “sin duda” realizará “ajustes” en esta norma si llega a ser presidente.
La Lomloe derogó la anterior Lomce, aprobada en 2013 por el PP, enterró los aspectos más polémicos de esta norma y recuperó buena parte de las premisas de la LOE, aprobada en 2006 cuando José Luis Rodríguez Zapatero era presidente. Denominada en su día 'ley Celaá' (fue aprobada cuando Isabel Celaá era ministra de Educación), la Lomloe supone una forma distinta de enseñar mucho más práctica y menos memorística. Además, introduce nuevas materias como Valores Cívicos y Éticos, elimina el castellano como lengua vehicular, pone coto a la concertada y establece pautas para frenar la sangría de repeticiones, medidas todas ellas a las que el PP y Vox se oponen.
Si el PSOE se mantiene en el Gobierno, lo más probable es que la trayectoria de la Lomloe siga su camino como hasta ahora. Este año se ha aplicado en los cursos impares y estaba previsto que a partir del curso que viene lo haga en los pares. Pero, en caso de que sea el PP el que gane las elecciones generales del 23-J, el abanico de posibilidades de lo que pueda pasar se abre por completo. Podría ocurrir que el Gobierno que forme Feijoó paralice la implantación de la Lomloe, como hizo Zapatero con la Loce -aprobada cuando Pilar del Castillo era ministra de Educación con el Gobierno de Aznar-, al frenar su implantación por medio de un real decreto, solo dos años después de que viera la luz.
Los tiempos son, en cualquier caso, muy ajustados. Los comicios son a finales de julio y el curso empieza a principios de septiembre. En ese lapso de tiempo, el nuevo gobierno del PP tendría que aprobar una ley ordinaria para frenar el calendario de la Lomloe. Por lo pronto, el Ministerio de Educación y del de Universidades han paralizaba la aprobación del decreto de la nueva EvAU, que tenía que entrar en vigor en junio de 2024. Hasta la convocatoria de elecciones por parte de Sánchez, la idea de Educación era que los alumnos de segundo de Bachillerato del curso que viene realizasen la nueva Selectividad, más competencial, que ha estado elaborando todo este tiempo el ministerio. “Entendemos que, al estar el Gobierno actual en funciones, le corresponderá al nuevo Ejecutivo, sea del color que sea, llevar a cabo su aprobación definitiva, ya que será él al que le toque aplicarlo”, explicaron hace unos días fuentes del Ministerio de Educación a NIUS.
En los centros educativos se preparan para lo que pueda pasar. "Entendemos que después de las elecciones, gane quien gane, empezará a aplicarse a los cursos pares el curso que viene. Aunque el PP gane y quiera revertir la ley, no le va a dar tiempo porque derogarla no es una cosa inmediata. Así que como mínimo durante el próximo curso se seguirá aplicando", señala Vicent Mañes, presidente de la Federación de asociaciones de directores de centros de infantil y primaria de toda España. Toni González Picornell, presidente de la federación de asociaciones de directores de institutos públicos, insiste en la idea. "Que se plantee un cambio en julio o en agosto no sería lo más idóneo. Lo lógico es que a partir de septiembre sigamos trabajando con la Lomloe y de cara al curso 2024-2025 analizar esos cambios".
España lleva ocho leyes educativas desde que se instauró la Democracia y la Lomloe podría ahora caer también si el PP se hace con el poder con la ayuda de Vox. Las normativas educativas en España han ido cambiando según el gobierno de turno. El baile de polémicas, debates y protestas ha versado casi siempre sobre los mismos temas: repeticiones, religión, concertada o itinerarios. "No puede ser que cada vez que cambie el gobierno, cambie la ley educativa. Llevamos un carro de leyes educativas que al final nos producen ansiedad y nos crea problemas: cambios de materiales curriculares, en el sistema de evaluar, en la forma de programar, en los horarios... esto no puede ser", insiste Mañes. Toni González Picornell, presidente de la federación de asociaciones de directores de institutos públicos
"Se necesitaría un pacto de Estado en Educación para que determinados aspectos no se toquen pasara lo que pasara: el currículum, la metodología, las orientaciones pedagógicas", señala Mañes. "A pesar de que estamos de acuerdo en general con esta ley, si hemos criticado que su implantación fuera tan precipitada. Durante este curso deberíamos haber tenido tiempo para prepararnos y aplicarla el curso siguiente", añade. El recorrido que pueda tener a partir de ahora la Lomloe es una incógnita. Pero son muchos los alumnos, profesores y centros que dependen de esta ley o de la que venga.