Las fotos que nos llegan de EE.UU. están dando la vuelta al mundo. Y no es para menos. Cielos absolutamente naranjas en la ciudad de Nueva York. Postales bellísimas de Manhattan, la estatua de la libertad, los puentes sobre el río Hudson… seguro que ya las han visto. Espectaculares.
Pero no es sólo bello, es trágico. Porque detrás de esos cielos anaranjados lo que hay es “humo tóxico”, como señala el meteorólogo Mario Picazo, “procedente de docenas de incendios forestales que arden sin control en Canadá”. Y docenas se queda corto, son ya cientos de focos activos por todo el país, ardiendo a más de 1.000 kilómetros de distancia. Y su humo no sólo cubre el cielo de Nueva York, sino de gran parte de la costa noreste de EE.UU.
Eso es lo que hay detrás de esos cielos anaranjados. ¿Pero qué hay detrás de esos incendios? ¿Por qué son tantos y tan devastadores? Este jueves había más de 400, repartidos de este a oeste. Y en lo que va de año, son ya 4 millones las hectáreas quemadas en Canadá. El año pasado ardieron 28.000, para que se hagan una idea. La respuesta a esas preguntas la apunta, desde Nueva York, Guillermo Fesser.
Los científicos que estudian el clima lo tienen claro: esta oleada de incendios en Canadá no es más que el presagio de lo que viene, de esta “nueva realidad climática” que ya está dando sus primeros pasos. Y que irá a más, según pasen los años. Los expertos llevan años advirtiendo que una de las consecuencias del cambio climático es esta, precisamente: incendios forestales más potentes y frecuentes. Pues ya están aquí.
"Este invierno ha sido la chispa que ha arrancado todos estos incendios", explica a NIUS el meteorólogo Mario Picazo desde Los Ángeles, donde es profesor en la UCLA. "Y detrás de esto, hay una señal del cambio climático, que va a hacer que cada vez más estos extremos sean habituales, es decir, que tengamos inviernos muy muy secos y con temperaturas muy por encima de lo normal".
Los incendios forestales en el hemisferio norte se vuelven más habituales y devastadores a medida que el planeta se calienta. No lo dicen los ecologistas, lo recuerda el Financial Times. Picazo recuerda que "hay una tendencia a que estas situaciones extremas de sequía y calor favorezcan que los incendios sean más grandes y devastadores, que es lo que se está viendo con estos de Canadá, por la extensión que tienen y la facilidad con la que se mueven por las diferentes zonas".
Y no sólo hablamos de un invierno seco y cálido. El mes de mayo de este año ha sido, a nivel mundial, el segundo más cálido registrado hasta ahora, según el servicio de observación Copernicus. Canadá, en concreto, está cerrando una de las primaveras más secas y cálidas de su historia. Y eso tiene sus consecuencias.
“Las condiciones cálidas, secas, extremas y prolongadas en Canadá están batiendo récords y haciendo que los incendios forestales se propaguen sin control. Canadá estuvo en el epicentro de la anomalía de calor más importante del planeta, este mes de mayo”. Lo advierte el meteorólogo británico Scott Duncan. Y se ve muy claramente en el mapa de anomalías de temperatura del satélite Copernicus.
En ese panorama, la vegetación reseca y las altas temperaturas facilitan que prenda la mecha. También las tormentas eléctricas, que han sido más frecuentes en las últimas semanas. Picazo explica a NIUS que "este año ha sido excepcionalmente seco y con temperaturas por encima de lo normal en muchas zonas de Canadá. Eso ha hecho que la vegetación se haya secado y se haya convertido en un polvorín. Y muchos de estos incendios han sido por tormentas eléctricas. Cuando la vegetación está tan seca, las tormentas fácilmente arrancan incendios".
Son varios los factores que están detrás de los incendios, pero parece que todos tienen que ver con lo mismo. Son una “señal muy clara del cambio climático”, asegura en The Guardian Mohammadreza Alizadeh, investigadora de la Universidad McGill de Montreal.
Los propios expertos del Gobierno canadiense subrayan que el cambio climático ha contribuido al aumento de la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales en ese país. El Financial Times se hace eco de las declaraciones, este lunes, de Jonathan Wilkinson, ministro de Recursos Naturales: “Vivimos en una nueva realidad. Una realidad en la que tenemos que escuchar con atención lo que nos dice la ciencia”.
El Gobierno canadiense habla de “oleada de incendios sin precedentes”. Hay incendios activos, desde hace semanas, en casi todas las provincias del país, de este a oeste. Algo nunca visto, y menos en esta época del año.
"La distribución de los incendios, de costa a costa, es inusual. En esta época del año, los incendios generalmente ocurren solo en un lado del país, con mayor frecuencia en el oeste", asegura Michael Norton, del Ministerio de Recursos Naturales de Canadá. Sin embargo, la provincia más afectada está siendo Quebec, en el este del país. Lo vemos en este mapa de situación del Ministerio de Recursos Naturales canadiense, donde aparecen (en rojo) todos los focos activos que hay repartidos por el país.
"No habíamos visto un área tan grande ardiendo tan pronto", advierte Yan Boulanger, investigador de Recursos Naturales de Canadá. "Estamos viendo una tendencia clara al aumento de la superficie quemada en todo Canadá".
Y el Gobierno canadiense advierte de que es probable que, este año, el país registre su peor temporada de incendios hasta la fecha. Porque todavía no estamos en verano. Hace dos años, Canadá se enfrentó a una oleada muy devastadora también, pero ocurrió en julio, en pleno verano. Y el detonante fue el mismo: el calor extremo. La ciudad de Lytton alcanzó los 49,6 grados. Después, fue arrasada por las llamas.
Este año, se prevé que las condiciones cálidas y secas persistirán hasta el final del verano. Los modelos muestran, de hecho, un riesgo elevado de incendios en la mayor parte de Canadá hasta agosto.
Todo esto es parte de esa nueva realidad climática de la que hablábamos al comienzo. Que tiene muchas derivadas, más allá de la catástrofe ambiental que supone la quema de millones de hectáreas.
Volviendo a los cielos anaranjados de Nueva York, es importante destacar que, esta semana, la calidad del aire de esa ciudad se ha convertido en la peor del mundo de entre las áreas urbanas importantes, superando incluso a Nueva Delhi o Calcuta, según el índice IQAir World Air Quality.
Lo destacaba este jueves, en su perfil de Twitter, el senador estadounidense Bernie Sanders. “En este momento, 98 millones de personas en la costa este están bajo alertas de calidad del aire por los incendios canadienses y, anoche, la ciudad de Nueva York tenía la peor calidad del aire del mundo. El cambio climático hace que los incendios forestales sean más frecuentes y generalizados. Si no hacemos nada, esta es nuestra nueva realidad. Es hora de actuar”.