Ansiedad y terapia, el duro camino a la maternidad de Miriam Giovanelli: "Genera mucho sufrimiento dar por sentado que somos fértiles"
"En el imaginario colectivo la fertilidad se da por descontada, lo que vuelve ese camino más silencioso y frustrante", dice la actriz
Este domingo 4 de junio es el Día Mundial de la fertilidad. En España solo una de cada dos mujeres en edad fértil tiene hijos
Hay en torno a 15.000 nacimientos cada año en España mediante reproducción asistida
"No hay que dar la fertilidad por sentado, muchas mujeres lo sufren", comenta la actriz Miriam Giovanelli, que ha pasado por un proceso de reproducción asistida y ha contado su historia para poder ayudar a esas mujeres. Este domingo, 4 de junio, se celebra el día mundial de la fertilidad y NIUS ha hablado con ella. "No tener la información adecuada a la hora de querer tener un hijo y no poder es una de las cosas que más frustración me han causado".
España fue en 2021 el segundo país con la tasa de fertilidad más baja de Europa: 1,19 nacimientos por mujer. Esto supone una caída de cuatro puestos en los últimos 20 años, según los últimos datos de la oficina europea de estadística Eurostat. Hoy en nuestro país nacen 15.000 niños por reproducción asistida. De acuerdo con la "Encuesta Merck: Fertilidad en España. Deseos y Realidad", solo una de cada dos mujeres, el 50% de las españolas en edad fértil tiene hijos y únicamente el 52% de ellas lo fue en el momento que lo decidió (más del 20% después de lo que deseaba).
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“Dar la fertilidad por descontada vuelve el camino más silencioso y frustrante. Somo muchas las que caminamos, si nos libráramos de toda esa presión, podríamos recorrerlo más ligeras”, explica Giovanelli. Por eso, incide en ese mensaje. “La esterilidad y la infertilidad son una parte más de la maternidad, eso no quiere decir que no vayas a tener hijos si no que te va a costar más. Y si al final no puedes, hay que saber que se puede tener una vida muy plena sin hijos”.
Giovanelli no ha podido contar su historia hasta que no tuvo a sus hijos. El miedo, el sufrimiento y la frustración hacían que se sintiera incapaz para dar el paso de contarlo públicamente. Pero tres años después, con sus dos hijos sanos en casa y con el fin de apoyar a mujeres que están pasando por lo mismo se ha unido a Merck en la campaña 'Concibe', que tiene como objetivo informar y acompañar a las mujeres en su camino a la fertilidad. "Es cierto que yo hablo desde el privilegio de haberlos tenido, el camino es duro para todos".
"Me cayó encima la desinformación"
Miriam siempre había querido tener hijos. A los 27 años lo dio por sentado y se puso a intentarlo. Pero, después de un año sin éxito, fue una amiga íntima suya quien la animó a hacerse pruebas para descartar cualquier problemática. “Fue entonces cuando escuché por primera vez términos como ‘reserva ovárica’ y ‘hormona antimulleriana’. En ese instante, empecé a buscar información sobre un tema que no conocía y sobre el que me costaba mucho encontrar respuestas, precisamente por el silencio que ha habido en torno a la infertilidad”, explica la actriz. "Me cayó encima la desinformación".
"Yo estaba acostumbrada a la fertilidad no la infertilidad. Y me encuentro con ese diagnóstico, con 27 años tenía una reserva ovárica de una mujer de 42. Esto lo podía haber sabido desde el primer día. La reserva ovárica es la reserva de óvulos con la que naces y te da la información sobre cuál es tu estado para concebir. Es una información muy útil si quieres ser madre. Igual que conocemos los métodos para no quedarte embarazada, lo mismo deberíamos saber este tipo de conceptos y lo fácil que es tener esa información. Se hace con un análisis de sangre", dice Giovanelli, que cree que estas pruebas se deberían incluir en la información del ginecólogo, porque así muchas mujeres podrían saber a qué atenerse.
Tras un arduo camino Miriam tuvo a su hija y menos de una año después a su hijo, este de manera natural. "La gente no sabe que al hormonarte después siguen esas hormonas más tiempo en tu cuerpo. Así me quedé embarazada de forma natural".
El monstruo de la ansiedad
Giovanelli no ha sentido culpa, tabú o vergüenza, pero sabe que muchas mujeres que no pueden quedarse embarazadas se sienten así. En su caso sintió frustración por no haber tenido más información sobre su cuerpo. Quizá las cosas hubieran sido distintas. "Eso me dio mucha rabia. Me enfade mucho con los ginecólogos que me habían tratado hasta ese momento. Tuve que luchar contra el monstruo de la ansiedad, porque la ansiedad siempre lo provoca el futuro, lo que podría pasar, no quedarme embarazada".
Porque este proceso, explica, no es solo enfrentarse a una maternidad y no poder, es todo lo que eso conlleva y lo que hay a tu alrededor. "Es una pescadilla que se muerde la cola, no puedes tener hijos, buscas información en sitios no fiables y eso te lleva a desesperar todavía más". Los expertos recomiendan no centrar todas la energía en el proceso, ni estar todo el tiempo pensando en ello. Pero es muy difícil. "Al final, te tienes que hormonar, y poner inyecciones todos los días, y ves embarazadas por la calle, y estás muerta de miedo de que no salga bien. Por eso es tan importante tener apoyo psicológico en todo el proceso".
El día que comienza el miedo
"Aun sintiéndome absolutamente apoyada y sostenida por mi entorno recurrí a terapia. Tuve que aprender a transitar por este proceso como nunca antes lo había hecho, dedicando tiempo físico y mental a lo que provocaba mi sufrimiento. Sin duda, ha sido un viaje emocional que me ha aportado nuevas herramientas que sigo utilizando a día de hoy".
"Porque desde el momento que sabes que estás embarazada empieza el miedo, dice Giovanelli. "Un miedo atroz. Se junta con la ilusión, pero después de un tratamiento de reproducción asistida siempre piensas que algo puede salir mal. Luego me di cuenta de que el miedo nos va acompañar siempre cuando hablamos de hijos. Ese día es el primero", dice.
Y a todo ello se une que, de todas las personas que recurren a la reproducción asistida habría que ver cuántas ha sido por problemas masculinos. Un tabú mucho mayor. "La culpa parece siempre de la mujer y es que siempre hemos crecido con ello, está arraigado en la cultura y no es así".