El caso de la menor de Albacete encontrada sana y salva tras desaparecer con un adulto profesor universitario online ha hecho saltar de nuevo todas las alarmas. Contactaban a través de las redes sociales, los padres hablan de la red Discord. La realidad es que la policía investiga si la captó en las redes sociales, con algún tipo de motivación sexual, y si la engañó para que se fugara con él. Eso es lo que piensan los padres de la joven. Las redes, de nuevo, convertidas en un foco de peligro.
Antes de nada hay que distinguir entre pedófilos y pederastas. La pedofilia es la atracción sexual hacia los niños, mientras que la pederastia es el acto de cometer abusos sexuales contra ellos. Un pedófilo es aquella persona que sufre involuntariamente una parafilia basada en la atracción sexual por niños pero que no llega a intentar mantener relaciones sexuales con ellos. Recurre a la imaginación para autoestimularse en base a sus fantasías (o con pornografía infantil, en cuyo caso ya estaríamos ante algo más grave que se castiga con penas de prisión) pero generalmente odiando al trastorno que sufre. La mayoría reprimen sus deseos, pero otros los materializan. Y en este caso estaríamos ante la pederastia.
La pederastia es el acto delictivo de cometer abuso sexual infantil. Es decir, un pederasta es aquel pedófilo que ha materializado sus deseos sexuales manteniendo relaciones sexuales con un niño o niña. Así pues, la pederastia es agredir sexualmente a menores de edad, con tocamientos indebidos o incluso con el acto sexual en sí.
Las redes sociales son un foco de captación. Pedófilos o pederastas se pueden esconder tras un perfil falso, intercambiar fotos de contenido sexual y finalmente concertar una cita. No es lo más habitual en el caso de los pedófilos. Estos suelen acosar oline y extorsionar a las menores para que envíen material sexual.
Para evitar riesgos, los menores deben aprender a proteger su intimidad y saber que detrás de un perfil no siempre está quien dice ser. Es fundamental que la familia cree un clima de confianza para que en caso el menor se sienta acosado lo comunique y se denuncie. Así evitaremos casos extremos como el de esa madre que se infiltró en un grupo de pederastas para rescatar a su hija captada en Gandía.
La mentira y la amenaza son las claves para que los ciberdepredadores consigan su objetivo. Se hacen pasar por quien sea con tal de ganarse la confianza de los menores que caen en sus redes. Mienten sobre su edad y, en muchos casos, sobre su sexo. Siempre, al inicio, las conversaciones son normales sobre aficiones comunes. Los juegos 'on line' de las videoconsolas son un modo de acceder luego a chats íntimos. Luego llega el envío de archivos espía, las peticiones, las amenazas y el horror. Y más si el menor queda con el pederasta. Durante sus conexiones suelen usar una red pública de wifi o servidores extranjeros que no dejarán rastro o dificultará el que puedan ser cazados. Estos son algunos consejos de los expertos como Gaptain.com que deben tener en cuenta los padres.