La madre de Romina Celeste Núñez, la joven paraguaya a la que su marido mató en Lanzarote hace cuatro años, ha asegurado que desde este viernes está "un poco más en paz" tras certificar que su hija no se suicidó, como aseguraba hasta ahora el acusado. Ha lamentado que no se activase el protocolo de violencia machista con ella: "Mi hija seguiría viva".
Así lo ha declarado Míriam Rodríguez en una rueda de prensa apenas dos horas después de terminar la primera jornada del juicio que se sigue ante la Audiencia de Las Palmas, en la que su yerno, Raúl Díaz Chacón, ha confesado por primera vez que mató a Romina.
A su entender, si dos días antes de aquella madrugada de Año Nuevo de 2019 en la que su marido acabó con su vida, el centro de salud adonde acudió Romina con lesiones y confirmó ser víctima de malos tratos hubiera activado el protocolo de violencia machista, el desenlace hubiera sido otro. "Mi hija estaría conmigo", ha apuntado, al igual que si su "supuesta amiga" y compañera hubiera denunciado lo ocurrido con su marido Raúl o "si me lo hubiera contado".
Ha asegurado sentirse "un poco mejor", aunque "muy triste", porque nunca creyó que su hija hubiese llegado al suicidio, a la par que ha afirmado que Romina "le falta y le duele" desde aquel 31 de diciembre de 2018 en el que no le devolvió la llamada. "Era Nochevieja y había quedado en llamar para partir el año con ella y su hijo vía telefónica, como había hecho en años anteriores, y que no llamase me extrañó mucho", ha relatado Miriam Rodríguez. El lunes podrá entrar en la sala donde continuará el juicio contra su yerno, con varios de los peritos y testigos convocados.
Para Rodríguez, esta confesión del homicida se debe a que "le pesa el corazón y la conciencia", y así quiere pensarlo porque su "fe es grande ". "No creo que sea una estrategia, tengo tanta fe que creo que su conciencia no le dejaba dormir y porque las pruebas son bastantes y está todo en su contra. Tengo la confianza en que se hará justicia", ha abundado. Aunque sabe que su hija "nunca le devolverá la llamada", ha pedido llevarse a Paraguay "ese pequeño trozo de pulmón que se encontró porque es la única forma de que Romina vuelva a su familia", ha afirmado la madre, que ha señalado que "es muy duro" solo tener fotografías.
En este sentido, ha opinado que el acusado enterró algunas de las partes del cuerpo de Romina Celeste que no tiró al mar y le ha pedido que "tenga corazón y diga dónde los enterró". Además, ha agradecido a su abogada, Emilia Zaballos, el "tesón" en el caso y haber cumplido su "promesa" de llegar a la verdad". También a los medios de comunicación, que en su opinión han sido elemento de presión "para que hoy hayamos podido al fin celebrar el juicio" y por haber "mantenido viva a mi hija" en estos cuatro años y cinco meses de procedimiento, ha continuado.
Zaballos, por su parte, ha señalado que desde la entrada del nuevo abogado de la defensa, ha habido colaboración y han expresado la voluntad del acusado en confesar los hechos. Ha asegurado que no han renunciado "a nada" en lo relativo a las penas, y solo han aceptado los atenuantes técnicos como el de reparación del daño, si bien no aceptan el de confesión porque "ha sido completa".
"Estamos hablando de delitos muy graves y no íbamos a ceder", ha explicado la letrada. A su juicio, la confesión de Raúl D.C se debe a que "había muchísimas pruebas que acreditan todos los delitos", y ha pedido una vez más la mejora del sistema que es "una tarea pendiente".