“Lo había conseguido. Me quedé tetrapléjica tras un accidente en 2017, pero aun así me saqué la carrera de medicina, aprobé el MIR y tenía mi plaza en Medicina Familiar y Comunitaria, con el contrato firmado. Un día antes de incorporarme me llaman y me dicen que soy ‘no apta’. Me derrumbé”, así habla a NIUS, Berta Domínguez, extremeña de 29 años, que su único sueño era ser cirujana como su padre. La vida le ha ido poniendo trabas que ha ido superando una a una, hasta ahora.
Ella pensaba que ya estaba todo hecho. Ahora solo tenía que enfrentarse con el día a día de recibir pacientes en una especialidad, medicina de familia, que es la que menos residentes piden y, que, además, se ha quedado con plazas vacantes tras los intentos del Ministerio de Sanidad de intentar cubrirlas.
Berta quería una de esas plazas. Berta tenía una de esas plazas. Y en el último momento le han dicho que no. ‘No apto’ tras su evaluación sanitaria, por lo que no ha podido empezar su residencia como el resto de aprobados en la convocatoria. “Nunca he ocultado mi discapacidad, ni quería, ni podía. Voy en silla de ruedas, he mejorado mucho desde el accidente, pero sigo siendo tetrapléjica. Cuando firme el contrato el contrato el pasado 17 de mayo para la unidad docente multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de la zona centro de Madrid, asociada al Hospital Doce de Octubre de Madrid, firme con las dos manos porque con una no puedo. Todos lo vieron. Nadie puso ningún problema y ahora dan marcha atrás".
Su situación ahora está congelada. Tiene que esperar a que el ministerio de Sanidad acepte su petición para un cambio "excepcional" de especialidad, una posibilidad contemplada para casos muy concretos. Le dicen que todas las otras plazas que ella quiere están cubiertas y que lo único que queda es una plaza en Medicina Preventiva y Salud Pública.
Pregunta. ¿No quieres una plaza en Salud Pública?
Respuesta. No, para nada, no quiero quedarme con las migajas. Yo nunca he querido hacer Salud Pública, por eso prefiero esperar a que Sanidad intente adaptar la plaza que ya tenía de Médico de Familia o que haya opción de otra plaza de las que había solicitado. No me parece justo, después de tanto esfuerzo, quedarme con una especialidad que no quiero, cuando ya tenía una plaza que sí quería.
P. Medicina de familia tiene muchas plazas libres que han quedado vacantes, ¿qué piensas?
R. Todo el mundo habla de la falta de médicos en esta especialidad, en la igualdad, en la inclusión y se les llena la boca, pero es mentira. Estoy frustrada y lo estoy pasando mal. Después del esfuerzo que lleva sacarse la carrera de medicina y el Mir en mi situación, ahora me cierran la puerta en las narices con plazas libres. No hay quién lo entienda.
P. ¿En qué se basan para decirte que eres 'no apta'?
R. El problema es que todos se han fijado en lo que, según ellos, yo no puedo hacer, no en lo qué puedo hacer y hago. No reconocen el esfuerzo. Dicen que no podría coger un fonendoscopio, que no puedo hacer una RCP, que si llega un paciente muy grande no me puedo poner a su altura, que no puedo hacer guardias de 24 horas. Son cosas que no tienen mucha lógica. Yo vivo con mi novio, cocino, me maquillo, me visto, me peino, doblo la ropa... claro que puedo hacer ese trabajo. Si un día hay que hacer una RCP, tengo conocimientos suficientes para que decirle a otra persona qué tiene que hacer para que el paciente no pierda la vida. Seguro. Y si no puedo hacer guardias de 24 horas, las cambiaré con mis compañeros, yo estoy dispuesta a trabajar cuando sea, haré más horas por las tardes, lo que se necesite. No quiero un trato especial, quiero lo que me he ganado.
P. ¿Qué es lo que más rabia te da?
R. Que mi esfuerzo no haya servido para nada. Si me dicen que esto iba a pasar, lo mismo me lo replanteo y no me presento al MIR. Cuando tuve el accidente estaba en el último curso, estudié los exámenes finales ingresada en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, me saqué la carrera. Después me tomé un tiempo para centrarme en la rehabilitación y mejorar. El año pasado me puse a preparar el MIR y lo saqué también. Estudiar el MIR en una silla de ruedas, con plasticidad, con problemas para regular mi temperatura corporal, con muchas cosas en contra, te prometo que tiene mucho mérito. Me he esforzado mucho, y ahora me discriminan por mi discapacidad, una discapacidad que ya tenía.
P. ¿Qué pasó en 2017, cómo fue el accidente?
R. Estaba en una fiesta y me tiré de cabeza a la piscina, se me resbalaron las manos dentro del agua y me di con la parte central de la cabeza en el suelo. Me estallaron dos vertebras y quedé tetrapléjica. Todos mis sueños truncados en un segundo. Pero, me volví a levantar y lo conseguí. Voy a rehabilitación tres o cuatro días por semana. He avanzado mucho. Soy independiente. Necesito que me ayuden en algunas cosas, pero como todo el mundo.
P. ¿Y, cuál es el siguiente paso?
R. Esperar. Yo pedí varias cosas como psiquiatría, medicina nuclear, radio diagnóstico, en algunas no me da la nota y en otras no hay plazas libres. Antes de coger Salud Pública- lo que le ofrece Sanidad- voy a esperar a que me den una solución que no implique esta discriminación por mi discapacidad. Yo no he sido quien lo ha hecho mal. Lo que han hecho y cómo lo han hecho es muy injusto.
P. ¿Qué dicen tus padres, tus amigos?
R. Te puedes imaginar. Ellos son médicos los dos, mi padre es cirujano, y dice que en todos sus años de médico jamás ha tenido que hacer una RCP, no entiende que ese sea uno de los motivos por los que no me den la plaza. Estamos muy decepcionados. Espero que al final Sanidad lo reconsidere y se pueda solucionar. Soy médico ahora solo quiero ejercer como tal.