Manuel, asesino confeso de su hermana embarazada y su sobrino de tres años, en Las Gabias, Granada, ha sido enviado a prisión sin fianza. Según ha confesado acabó primero con su sobrino para hacer sufrir a su hermana. La herencia del padre habría sido el detonante del doble asesinato. Según la investigación, el detenido llevaba también en su mochila una escopeta y un martillo por si su hermana oponía resistencia. También una lanza de hierro recién afilada con la que acabó con la vida de su hermana y su sobrino con ensañamiento. El ansia por dinero y los celos fueron los detonantes de los asesinatos.
El asesino confeso entró en la vivienda, con mascarilla y gorra para no ser reconocido. Con unas llaves y entreteniéndose con los perros que le conocían, para que no ladraran. Todo planificado, armado con la lanza de hierro artesanal, y el resto de armas en la mochila. Manuel cometió sus crímenes tapado, con la mascarilla y una gorra que impedía su identificación, pero sus características únicas, su nariz prominente, su complexión, sus andares, hicieron que su propia madre, que fue con él a declarar, lo identificara en las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad de la casa, que el marido de Rosario, embarazada de ocho meses, vio desde el móvil. Hace unos meses la casa se incendió (ahora todo apunta a Manuel) y el marido puso sensores y cámaras.
Manuel accedió al domicilio sin necesidad de forzar puertas ni ventanas, por lo que presumiblemente tenía llaves. Con todo planeado y usando la lanza de hierro, tras cometer los crímenes intentó quemar un colchón donde estarían los cuerpos de las víctimas con el presunto objetivo de alterar la escena del crimen, aunque no llegó a prender y no lo consiguió.