Juan y María, los padres de Marta Pérez, la joven de Ibi (Alicante) que lucha por su vida desde que un batido de proteínas la dejase en coma al provocarle una reacción alérgica, siguen sin tener novedades sobre la decisión de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana en el caso de su hija.
Esperan que siga ingresada en el centro privado de Valencia y no le hagan regresar el 19 de junio a su hospital de referencia, el de Alcoy, donde su madre denuncia que se cometió una "negligencia médica" -al sacarla de UCI cuando había un informe que no lo recomendaba- y que el trato no fue bueno. "No nos comunican absolutamente nada, van a esperarse al último momento para contestarnos. Nos están haciendo sufrir desde hace un montón hasta el límite. A mí me están echando un pulso de manera constante", comenta María, en relación a la posición de la Generalitat.
La Consejería de Sanidad les concedió una prórroga, pero ahora, de nuevo, no saben si Marta podrá seguir en el Hospital Vithas Valencia Consuelo, donde está recibiendo un tratamiento neurorehabilitador de referencia en España. No hay uno igual en toda la comunidad autónoma. Ni en muchas otras. Además, tampoco han recibido noticias sobre una intervención programada de hace meses para que le pongan un aparato dosificador de la medicación, la intratecal.
"Es vergonzoso", subraya María este martes en Informativos Telecinco. Ella solo pide que su hija siga con ese tratamiento porque lo necesita y porque está progresando, reaccionando más a estímulos. De volver a Alcoy, precisa su madre, no le sustituirían el tratamiento ni le seguirían haciendo las pruebas que le hacen en la actualidad: "Allí no tienen nada de lo que tiene ahora. Quieren que te metas en una cama y te atrofies en unos meses".
Marta sigue en coma tras ingerir el pasado 28 de septiembre un batido de proteínas que contenía pistacho, al cual era alérgica. Ella preguntó antes de beber, pero le dijeron que el preparado no lo llevaba. La reacción le provocó ser ingresada de inmediato en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy. Allí estuvo tres meses.
La Sanidad valenciana afirma que el trato que recibió la joven de 19 años fue bueno, que hicieron un buen trabajo, pero su madre opina todo lo contrario y destaca que la vida de su hija "estuvo en peligro".
Una vez consiguió el traslado a la capital del Turia, le dijeron que la Consejería de Sanidad no puede acarrear con los 10.000 euros mensuales del tratamiento. Pero María recalca que la vida de Marta depende de este y que hay operaciones que tienen mayores costes y son realizadas.
La madre de Marta ha llegado a publicar en redes sociales (@mariaverdejomelero en Instagram) imágenes del sufrimiento de su hija en el centro hospitalario de Alcoy. Asegura que la Consejería de Sanidad se equivocó entonces y, en su opinión, ahora no "da su brazo a torcer".
María dice que si no hubiera evolución entendería que la sacaran del centro privado, pero se pregunta por qué van a hacerlo cuando va progresando y cuando no le pueden ofrecer las mismas terapias en otro lado. La familia no puede pagar el tratamiento. Tienen otro hijo, de 11 años, y siguen trabajando. Se apañan como pueden. Juan, el padre, no se separa de su hija, come todos los días en el hospital con ella. De no ser por el apoyo económico y la solidaridad de la gente, que sigue su historia en vilo, no podrían permitirse, como han podido, una silla de baño o una cama adaptada.
La madre de Marta reconoce que el trato de los médicos de Valencia es magnifico, humano y eficaz- "Están a 'full' con ella. Marta llegó muy mal al hospital y se quedaron todos muy impactados de su estado. Sufrieron por su vida y vieron que no solo remontó, sino que va progresando".
Desde Valencia los propios médicos que ahora atienden a Marta dicen que el tratamiento hospitalario se podría finalizar, porque, aparte de una intervención, puede estar ingresada en otro sitio. Pero lo que no puede quitarse es el tratamiento neurorehabilitador, porque este, no lo va a tener en otro lado. Por eso debe quedarse, porque si le quitan todo eso no va a progresar. "Van a hacer un informe al hospital de Alcoy para explicar todo esto", señala la madre como gran esperanza para resolver este pulso que no cesa.
Y cómo es el día a día ahora de Marta, una joven a la que una alergia alimenticia ha cambiado la vida. Dura, pero no en soledad. Lleva siete meses en hospitales sin descanso, pero ha estado en su casa durante los últimos cuatro fines de semana donde ha recibido la visita de familiares y amigos. Porque el cariño y la empatía, también curan.
Su madre mantiene su fe ciega en que Marta vuelva a ser la que ha sido siempre. Esa chica sonriente y con ganas de vivir. Por ahora, va dando pasos poco a poco, para lograrlo en una lucha titánica: "Cada vez que viene alguien y la ve, todos coinciden en decir: 'La veo mucho mejor, la veo su cara'. Y su madre cree que esas no son palabras huecas. "Ella te escucha. Dice mucho 'mamá' y he conseguido que diga 'hola', 'agua'... Por momentos va avanzando y esperamos que tenga esa conexión total".
María también recibe gran apoyo en las plataformas en las que difunde su lucha (www.ayudamarta.com) para que su hija siga con el tratamiento actual. Nota el calor y el cariño de la gente, que le cuenta también sus historias. Y muchas similares: "Hay tantas Martas, tantas personas en casos parecidos... Todos aquellos que tocan el daño neurológico se sienten abandonados. Te cuentan más o menos la misma historia: que no les han querido pagar la neurorehabilitación, que los tienen en casa, que lo hacen como pueden...".
Numerosos pueblos, ante la denuncia de la madre de Marta, han decidido apoyarla con distintas jornadas: una de ellas, el próximo 27 de mayo en Caldas de Montbui, en Barcelona, de donde son originarios. Todos piden que la joven de Ibi no vuelva a Alcoy y recaudan fondos para la causa.
La batalla de María es la de una madre coraje que no quiere dejar ningún resquicio que frene la posible recuperación de su hija. El destino ya fue cruel con ella una vez, pero no va a permitir que lo sea por duplicado. Y ¿cómo es el tratamiento de Marta Pérez en Valencia que no tendría en otro lugar?
María lo vuelve a destacar. El Hospital Vithas Valencia Consuelo es un centro médico de referencia en neurorehabilitación y cuenta con recursos que Marta necesita. "Tiene alta tecnología", precisa la madre. Allí ha visto muchas personas desahuciadas que ahora pueden caminar y hablar. Puede que no completamente como antes, pero que han logrado llevar una vida plena. Ella luchará hasta su último aliento para que Marta sea una de ellas. Por muchos pulsos que la echen. Y por mucho o poco que cueste hacerlo. Una nueva vida para su hija merece eso y más.