¿Qué es y para qué se utiliza el blanqueado de alimentos?
Con esta técnica se consiguen colores más vivos en los alimentos
Se suele emplear como preparación para otras técnicas culinarias
Nuevas técnicas culinarias del mundo entran en nuestras cocinas
Blanquear alimentos es una técnica culinaria muy habitual para mejorar la preparación de algunos platos, ya que así se consiguen unos colores más vivos, un menor tiempo de cocinado y mantener algunos nutrientes que se podrían perder durante la preparación.
¿Qué es el blanqueado de alimentos?
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Para llevar a cabo el blanqueado de alimentos únicamente se necesita agua hirviendo y agua fría, puesto que se trata de un tipo de cocción que no suele durar más de dos minutos y con la que se pretenden alcanzar los objetivos antes mencionados. Así pues, el proceso básico para blanquear alimentos es el siguiente:
- Se pone agua a hervir.
- Cuando se encuentra en ebullición, se introducen los alimentos durante uno o dos minutos –en ocasiones pueden ser solo unos segundos–. La duración depende del tipo y de la preparación posterior.
- Después se elimina el agua caliente y se baja la temperatura con agua fría rápidamente para que, de ese modo, no pierdan su textura habitual.
¿Qué alimentos se pueden blanquear?
Realmente se puede blanquear cualquier alimento, ya que, como hemos apuntado, es una técnica de cocción más. Sin embargo, muchos de ellos no deben pasar por este proceso ya que no es necesario. De hecho, los más habituales son las verduras y los tubérculos –sobre todo las patatas y las zanahorias–, aunque también se aplica en los pescados y mariscos.
Objetivo de esta técnica
En cuanto a los objetivos del blanqueado de alimentos, hay que señalar que habitualmente se trata de un paso previo para la preparación de algún plato. Raramente se blanquean verduras, tubérculos o pescados para consumirlos a continuación. Quizás con el marisco sí que puede emplearse esta técnica para su consumo posterior, ya que las gambas o los langostinos pueden quedar preparados para servir con un minuto y medio en agua hirviendo.
Dicho esto, los principales objetivos de esta práctica culinaria son los siguientes:
- Se mejora el color de los alimentos, aumentando su viveza, algo que se pierde cuando la cocción es más larga. Así pues, para la preparación de algunos platos resulta muy eficaz, sobre todo si se les quiere dar un aspecto llamativo.
- Se reducen los sabores fuertes y amargos que tienen, por ejemplo, algunas verduras como las acelgas, las espinacas o la coliflor.
- Se logra una mejor textura en la preparación de algunos platos. Un buen ejemplo de ello son las patatas fritas. Si antes de echarlas a la sartén las blanqueamos, su textura será más agradable.
- Una rápida cocción es capaz de eliminar algunas impurezas existentes en pescados o en los huesos que le queramos echar a un guiso o a una sopa.
- También ayuda a retirar algunas pieles que resultan complicadas de desprender. Es en este caso cuando las frutas pueden pasar por este proceso.
Finalmente, si se blanquean alimentos muy grasientos, perderán parte de esa grasa, de manera que pasan a ser más saludables.