Dos hermanas mellizas de 12 años han muerto en Oviedo al precipitarse desde una ventana de su casa. La Policía ya investiga el suceso, sin descartar ninguna hipótesis, tampoco el suicidio. El fallecimiento de estas hermanas recuerda a la de las gemelas de Sallent.
Leila y Alana se precipitaron desde la ventana de su casa en Sallent, en Barcelona, el pasado febrero. Leila sobrevivió a la caída, pero su gemela no.
Las gemelas de Sallent sufrían acoso escolar y en el caso de Alana, la fallecida, la situación se vio agravada porque quería cambiar de sexo. Alana le había explicado a su entorno que se sentía chico y quiso que la llamarán Iván.
Leila y Alana saltaron desde un tercer piso. Que Leila se salvara era complicado desde esa altura pero ella, por suerte, sobrevivió.
Hoy han sido dos hermanas, esta vez, mellizas y de la misma edad 12 años y de origen ruso las que han decidido lanzarse al vacío desde un sexto piso.
Aún se desconoce por qué se han precipitado al vacío pero la Policía no descarta ninguna hipótesis. Tampoco el suicidio. Lo que sí parece claro es que no han intervenido terceras personas. Se habla de una terrible tragedia.
Han sido sus padres quienes han avisado a los servicios de emergencia. Algunas fuentes señalan que ha sido el padre quien ha escuchado un ruido y se ha asomado por la ventana. Sus gritos han alertado a los vecinos. Al llegar los servicios de emergencias, no han podido hacer nada por ninguna de las mellizas.
Las mellizas de Oviedo tienen un hermano más pequeño, de 10 años, que en el momento del suceso estaba en el colegio y que no ha participado en los hechos.
En el caso de Sallent las hijas dejaron una nota manuscrita a sus padres anunciando sus intenciones. En el caso de las mellizas Oviedo se desconoce ningún tipo de comunicación, hasta el momento.
La familia de las mellizas fallecidas hoy es de origen ruso está muy integrada en la comunidad en Oviedo. Al contrario que la familia de Sallent, de procedencia argentina, que llevaba poco tiempo en la ciudad, pero el suficiente para que sus hijas sufrieran acoso escolar. Un acoso que los padres habían dado a conocer a la comunidad educativa.
Las gemelas de Sallent dejaron un par de cartas manuscritas para sus padres, arrimaron dos sillas a la baranda del balcón y saltaron. No se querían dejar solas en el trance que estaban pasando y su conexión era total. “Saben lo que yo amo a mi hermana. Yo vi todo el 'bullying' que sufre ella, voy a hacer lo que ella decida. La voy a acompañar adonde ella quiere”, decía la carta de Leila que, al caer, habría puesto instintivamente las manos delante para protegerse del impacto. Sobrevivió milagrosamente.
En el caso de las mellizas de Oviedo todo apunta a que se subieron a un sexto, abrieron la ventana y se lanzaron a un patio interior