Este miércoles, 17 de mayo, día mundial del reciclaje, Rembrandt, Lucía y Cintia seguirán dando forma a "uno de los proyectos más ambiciosos" de la Unión Europea para alcanzar la ansiada economía circular, explican a NIUS. Una economía con la que poner fin a la fórmula del “producir, consumir, tirar” y dar paso al “reducir, reutilizar, reparar y reciclar”, la conocida como “economía de las 4R”.

Este es la máxima de Circ Thread, el proyecto que están desarrollando Lucía, Cintia y Rembrandt, y cuyo principal objetivo es implementar un pasaporte digital para los productos electrónicos. Un certificado que indicará si el producto es duradero, reparable, si contiene material reciclado o reciclable, y que ayudará a los consumidores a decidir sobre los bienes que consumen "de manera responsable", evitando lo que se conoce como “greenwashing”, explica Lucía Herreras, subdirectora de WEEE FORUM, una de las compañías socias de este proyecto europeo en el que participan un total de 32 empresas, entre ellas, primeras marcas de electrodomésticos.  

El greenwashing o ecoblanqueo es una práctica de marketing destinada a crear una imagen engañosa de responsabilidad ecológica. “Algunas marcas tienden a decir que es bio o eco, aunque en realidad de bio no tienen nada, pero con la etiqueta eco es más vendible”, constata Lucía. La normativa europea intenta proteger al consumidor de este ecoblanqueo, dando más información con la que poder decidir. Este es el principal objetivo de Circ Thread: desarrollar un pasaporte digital de los productos electrónicos para conseguir que exista una comunicación entre todos los actores que participan en el ciclo de vida de un aparato electrónico, indica a NIUS Rembrandt Koppelaar, el coordinador del proyecto. Información de principio a fin: desde el inicio de la producción de las piezas, hasta el momento en el que acaba la vida útil del producto y toca reciclarlo.

La cuestión es poner fin a situaciones como la de llamar a un técnico para la reparación de un electrodoméstico, por ejemplo, y que la respuesta sea que no se puede reparar por falta de piezas o que es preferible comprar uno nuevo debido al elevado coste del arreglo. Con el pasaporte digital para los productos electrónicos se va a la raíz del problema, aseguran sus responsables. “Desde el momento en el que yo me vaya a comprar una lavadora nueva sabré el índice de reparación que tiene, si existen piezas de repuesto, para cuánto tiempo, así como dónde podré adquirir dichas piezas, cuánto cuestan o dónde está el reparador más cercano, por ejemplo”, detalla Lucía Herreras.

Incorporar información relativa al producto y a la vez que sea accesible para cualquier ciudadano, "para todos los públicos", supone todo un reto, aseguran desde Circ Thread. "El sistema puede sonar sencillo, pero no lo es en absoluto" porque en determinados casos puede ser información sensible lo que plantea grandes retos y mucho trabajo, insisten.

En principio, la idea es establecer un código tipo QR de forma que se pueda escanear a través de una aplicación disponible en el móvil y, a partir de ella, acceder a toda la información del producto: desde su composición, al índice de reparación o la posibilidad de reciclaje. Datos que variarán dependiendo de quién los consulte, porque un consumidor tiene unos intereses distintos que los de un reparador, constatan.

Koppelaar explica que las normativas europeas se han centrado primero en las baterías hasta 2026 y que para 2028 abarcarán los productos electrónicos para, posteriormente, ir ampliando su aplicación a otros bienes como muebles o textiles. La iniciativa, recalcan, es muy ambiciosa y hará este mundo más sostenible siempre y cuando, añaden, esta tecnología venga acompañada de un cambio social.

Existe una estrategia europea para intentar hacer un uso más racional de los materiales y este pasaporte digital podría poner fin a la "información confusa o sesgada sobre lo verdes que son los productos". Los consumidores dispondrán de más datos para poder elegir las opciones más sostenibles, pero la última palabra dependerá de ellos. Porque todavía hay mucha gente que dice: "me aburro, me voy a comprar algo", explica Lucía Herreras y así de poco sirve comprar un teléfono móvil que dure mucho tiempo si el verdadero interés es tener siempre el último modelo. Ello a pesar de las cifras. Según los datos manejados por Circ Thread, si continúa la mentalidad de “tomar-hacer-desperdiciar”: