Uno de los males endémicos del alumnado español que constatan una a una todas las evaluaciones internacionales es la falta de estudiantes excelentes. Esos que se salen de la media por arriba y que en un momento dado podrían arrastrar al resto. En el último Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (PIRLS, en sus siglas en inglés) 2021, que evalúa la comprensión lectora del alumnado en cuarto de primaria (nueve años) vuelve a ocurrir: los alumnos españoles no solo retroceden "significativamente" en comprensión lectora desde 2016, sino que además muy pocos se sitúan en el grupo de lectores avanzados.
En este informe, que se repite cada cinco años, han participado 57 países de la OCDE y de la UE, con una muestra de 140.000 alumnos, 120.000 de ellos de la Unión Europea y más de 10.000 de España.
En general, los resultados son malos. Los estudiantes españoles obtienen en la última edición de PIRLS 521 puntos, siete menos que en 2016. España se sitúa 12 puntos por debajo de la media del conjunto de los países de la OCDE, a siete puntos del promedio de la Unión Europea, y muy lejos de los primeros puestos. 40 puntos de comprensión lectora equivalen aproximadamente a un curso escolar.
Por si fuera poco, solo un 6% del total de los alumnos españoles logra más de 625 puntos, lo que equivale a un nivel avanzado (hay cuatro niveles: muy bajo, bajo, intermedio, alto y avanzado) . El porcentaje medio de alumnos excelentes en lectura alcanza en la OCDE un 11% y en la Unión Europea, un 8%.
Es llamativo que países cuya puntuación media estimada es similar a la de España, obtengan porcentajes superiores en cuanto alumnos excelentes, como Nueva Zelanda (11%) y Alemania (8%).
Entre los países con mejores resultados a nivel general, el porcentaje de alumnos en nivel avanzado en lectura se dispara aún más. En Irlanda suponen el 27%; en Irlanda del Norte, el 23%; y en Inglaterra y Estados Unidos, el 18%.
Por el contrario, el porcentaje de alumnos en el nivel muy bajo -no alcanzan ni los 400 puntos-, en España es del 5%, ligeramente inferior al promedio de la OCDE (6%) y similar al del total de la UE (5%). En este grupo que peor comprensión lectora tiene, España está mejor que países con una puntuación media estimada similar: Nueva Zelanda (10%) y Alemania (6%).
PIRLS refleja cómo a mayor nivel socioeconómico y cultural de las familias de los alumnos, mejores puntuaciones se obtienen en el conjunto de los países. Pero esta regla no siempre se cumple en España, que destaca como uno de los países más equitativos de los analizados. Con 62 puntos de diferencia, está por debajo, por ejemplo, de Finlandia (67 puntos), Noruega (69 puntos) o Francia (80 puntos). Entre los países con mayores desigualdades se encuentran Turquía (117 puntos) y Bulgaria (122 puntos).
Igualmente, la diferencia de rendimiento entre chicas y chicos es significativamente menor en España (ellas obtienen de media solo dos puntos más que ellos), que en el total de la UE (11 puntos más en la media de puntuación de las alumnas) y del promedio de la OCDE (13 puntos más para ellas).
La caída de España en PIRLS entre 2016 (528 puntos) y 2021 (521) de siete puntos rompe la tendencia de subida iniciada en 2011 (513). Esta bajada no es exclusiva de España. Entre la edición de 2016 y la de 2021, el promedio de la OCDE también rompió con la tendencia al alza que desde 2006 había venido experimentando, y sufre un descenso del mismo orden de magnitud que España, pasando de 541 a 533 puntos.
El impacto de la pandemia de la covid podría explicar esta bajada generalizada, ya que afectó al normal funcionamiento de los centros escolares y, en consecuencia, al proceso de aprendizaje de la mayoría de los países.
El estudio observa una correlación entre el tiempo en el que han permanecido cerrados los centros escolares a consecuencia de la pandemia de COVID-19 y la caída del rendimiento, con una disminución de 0,11 puntos por día lectivo de cierre. En el caso de España, de los casi siete puntos que cae el rendimiento global, cerca de cinco se explicarían por el cierre de los centros escolares durante 45 días lectivos. España ha sido de los países de la OCDE con datos disponibles que menos días ha cerrado sus centros, según el informe Education at a Glance 2022 de la OCDE.