La alcaldesa de Getafe (Madrid), Sara Hernández, ha recordado este miércoles el 20 aniversario del "brutal asesinato y violación" de la joven Sandra Palo, vecina del barrio de Las Margaritas de la localidad que fue secuestrada, violada, asesinada y quemada el 17 de mayo 2003, cuando tenía solo 22 años.
"En Getafe, no olvidamos su memoria, todo nuestro afecto para su familia", ha señalado la alcaldesa a través de sus redes sociales, donde ha acompañado se mensaje de una imagen del monolito que fue inaugurado en 2019 en la localidad en su honor, donde se puede leer ,"Para que ni la mayor de las sombras apague nunca tu sonrisa".
Palo desapareció la madrugada del 17 de mayo cuando volvía de un taller ocupacional en Madrid. Cuatro jóvenes -uno tenía 18 años, dos 16 y el más pequeño 14- la obligaron a subir a su coche para llevarla a un descampado cerca de la localidad vecina de Leganés, lugar del que no regresaría con vida.
El tribunal consideró probado que sobre las 02.30 horas de aquel 17 de mayo el Malaguita circulaba en un vehículo junto a tres menores cuando en las inmediaciones de la plaza Marqués de Vadillo vio transitando por el arcén a Sandra Palo, quien iba acompañada de un joven.
La sentencia indica que el acusado decidió apoderarse de los efectos de Sandra y de su acompañante, "afectados ambos de una minusvalía psíquica", y mantener relaciones sexuales con la chica, por lo que los invitaron a subir al coche.
Al negarse la joven, el procesado le exhibió una navaja, subiendo contra su voluntad al vehículo y en la citada plaza permitieron que abandonara el coche el chico.
Tras ello -según explica la sentencia- se desviaron hacia una explanada, donde la chica fue violada por el acusado, así como por J.R.M. y R.S.G.; tras lo que el Malaguita "tomó la decisión, compartida o asumida por quienes le acompañaban, de acabar con la vida de Sandra".
"Para ello se introdujeron todos ellos en el vehículo (..) y acelerando bruscamente, sin que conste si era conducido por Francisco Javier o por uno de los menores, lo lanzaron sobre el cuerpo de Sandra Palo", concluye la sentencia.
La joven fue golpeada contra un muro y "a continuación una vez caída Sandra en el suelo, pasaron por encima de la misma con el vehículo entre ocho y diez veces".
Acto seguido, pese a advertir señales de vida de la chica, para dificultar la investigación fueron a una gasolinera a comprar un euro de gasolina y la prendieron fuego cuando aún estaba viva, ya que, según su propio relato, la chica "movía lentamente los brazos".
La dejaron en una cuneta y un camionero, horas después, encontró el cuerpo calcinado de Sandra Palo. Según palabras de la fiscal del caso, la muerte de la joven fue "una de las más desproporcionadas, viles, inhumanas y sangrantes que existen".
El caso levantó desde el principio un gran revuelo mediático dada la autoría de menores implicados y la brutalidad de los hechos.
La madre de la víctima, María del Mar Bermúdez, ha desarrollado además una incansable actividad para la reforma de la ley del menor y su presencia se ha convertido en un referente en el seguimiento de los crímenes protagonizados por menores.