Rafael Urrialde, experto en seguridad alimentaria: "Si la OMS cree que los edulcorantes son nocivos, que los retire y no los desaconseje”

  • La OMS ha desaconsejado tomar edulcorantes como la sacarina o la estevia

  • Según esta organización no sirven para controlar el peso y además pueden aumentar el riesgo de sufrir diabetes

  • Un anuncio que ha generado cierta alarma entre la población. "Llevamos 150 años tomando sacarina"

Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desaconsejado el uso de algunos edulcorantes, como la sacarina o la estevia porque no funcionan para controlar el peso y porque su consumo puede tener efectos negativos a largo plazo, como aumentar el riesgo de diabetes o de enfermedades cardiovasculares en adultos.

La noticia ha provocado un gran revuelo y ha causado una cierta intranquilidad entre la población, ya que en la lista de edulcorantes no recomendados están el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia. La mayoría, presentes en muchos de los alimentos que consumimos.

"Los edulcorantes están en yogures, leches fermentadas, bollería, refrescos, cereales, barritas, batidos, salsas, embutidos... están en muchísimos productos", explica Rafael Urrialde de Andrés, profesor en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid y experto en seguridad alimentaria.

"Entonces, si hay cualquier mínima duda de inseguridad, si la OMS tiene sospecha o tiene datos de cualquier efecto indeseable de uno o varios de estos edulcorantes, debería desautorizarlos y retirar su aprobación de forma inmediata. Y si no tiene pruebas, no generar este alarmismo", dice el experto.

Es JECFA (el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios), el que se encarga de aprobar el uso de cualquier edulcorante a nivel mundial. "Por eso sorprende que la misma organización que los aprueba, la OMS, ahora los desaconseje. Es una incongruencia total", destaca Urrialde.

"Además, no debería desaconsejar, sino desautorizar, retirar su aprobación", insiste el especialista. "Pueden desaconsejar expertos, pueden desaconsejar sociedades científicas, pero el que las aprueba, que como se ha comentado es la OMS a través de JECFA, no. Es como si la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), dijera: desaconsejamos tal componente. Oiga, usted es la autoridad, retírelo si es perjudicial", comenta. "Las autoridades son las que deben velar por la salud de los consumidores".

La sacarina, desaconsejada tras 150 años de uso

"La situación que se ha generado con la recomendación de la OMS implica que habría que analizar caso por caso. Cada edulcorante tiene una fórmula distinta. Entonces no se puede generalizar. No tiene sentido", advierte el experto. "La sacarina, por ejemplo, lleva utilizándose 150 años, y son precisamente los diabéticos los que más la consumen, tendría que haberse visto un efecto negativo en este grupo de población. El resto de edulcorantes llevan usándose 30 o 40 años, también mucho tiempo", detalla.

"Se incluyen en la lista no recomendada algunos edulcorantes cuyas propiedades saludables están, además, demostradas. Es el caso de la sucralosa, por ejemplo, cuyo consumo en los alimentos y bebidas en los que sustituye al azúcar provoca un menor aumento de la glucosa en sangre y mantiene la mineralización de los dientes".

"Y se ha dejado fuera a los polioles, que en cambio, en grandes cantidades, en alimentos que llevan más de un 10%, tienen un efecto laxante. No se les ha incluido porque son edulcorantes naturales", comenta.

Aunque los edulcorantes de este tipo, que no son de síntesis, tampoco están exentos de polémica. Hace pocos meses salió un estudio que afirmaba que el eritritol, un edulcorante natural, podía aumentar el riesgo de infarto e ictus. "El estudio estaba hecho con unas cantidades muy elevadas, que nunca se van a llegar a consumir", apostilla Urrialde.

Otros como el xilitol, que también están en la naturaleza, se usan para endulzar los chicles que tanto les gustan a los pequeños. "Y gracias al xilitol se ha conseguido reducir la placa dental y la prevalencia de caries en los niños", informa el experto.

"Una cuestión distinta es lo que se está viendo últimamente, pero no solo con los edulcorantes, sino con muchos compuestos, y es el impacto que tienen en la microbiota intestinal. Eso hay que estudiarlo, pero no de forma aislada, sino presentes en la matriz alimentaria que los contengan, tanto de forma aislada como combinada", recalca.

Para que no cunda la alarma entre la población Urrialde recuerda que estos edulcorantes pasan pruebas de seguridad máxima antes de ser aprobados. "Se hacen con ensayos de laboratorio y se autoriza la centésima parte de lo que podría hacer daño a un ratón de laboratorio. Es un umbral de seguridad impresionante".

En Europa, la EFSA tiene aprobados 19 edulcorantes, entre ellos todos estos que ahora desaconseja la OMS. "Edulcorantes que se están reevaluando constantemente, porque desde el año 2010 hay un reglamento que obliga a hacer reevaluaciones de los aditivos y en este caso de los edulcorantes. Y lo mismo sucede en el resto del mundo, Cofepris en México, la FDA en los Estados Unidos, igual en Canadá, en Australia, en Japón, en India, en China, Sudáfrica, Argentina, Chile.... después de la aprobación de la OMS hay una aprobación particular de las autoridades de seguridad alimentaria en todo el mundo. Agencias en las que estos edulcorantes no han generado dudas, hasta el momento".

Los edulcorantes no sirven para adelgazar

"Los edulcorantes no sirven para reducir el sobrepeso y la obesidad. Son simplemente una herramienta de gestión de la reducción del azúcar e incluso de la reducción del grado de dulzor. Ahora, la cantidad de azúcar de la dieta y la cantidad de calorías de la dieta se tiene que gestionar con la dieta total. Mucha gente se toma el café con leche con sacarina y luego un croissant con mermelada y mantequilla. Así, el cómputo final no es el esperado", advierte Urrialde.

"Para conseguir los efectos para la reducción de sobrepeso y obesidad, el control sobre la ingesta de alimentos y bebidas debería ser sobre la dieta total porque si no con los efectos comportamentales de indulgencia, balance o recompensa energética el efecto de los alimentos y bebidas con edulcorantes pueden ser nulos o incluso no tener y ser anulados por el resto del consumo de alimentos", destaca. "Es lo típico de como me he tomado esto que no tiene azúcar, pues me tomo esto otro que sí tiene. O como hace un rato que no he comido, pues ahora me tomo esto, y al final el cómputo final es el mismo o más incluso que si tomáramos azúcar", aclara.

"Incluso lo más aconsejable no sería el que hubiera solo edulcorantes o sólo azúcar, sino que hubiera una combinación de edulcorantes y azúcar para que se redujera la cantidad de azúcar", propone el experto.

"El exceso de ingesta de azúcar sigue siendo una situación alarmante. Se ha visto claramente que cantidades superiores a más del 10% de azúcares libres en la dieta automáticamente generan problemas de salud. La European Food Safety, ya advirtió de los alimentos y bebidas que más aporte de azúcares añadidos y libres proporcionan a la dieta de los ciudadanos, tanto en población adulta (azúcar de mesa o como uso de ingrediente casero, repostería, dulces, bebidas azucaradas, zumos y néctares) como en infantil (leche y lácteos azucarados)”,

"Así que hay que seguir investigando y aprobando - con todas las garantías- edulcorantes de origen natural, como la Neosperidina DC (presente en el albedo de las naranjas), la taumatina, que es la proteína presente en los frutos de una planta tropical o los glicósidos de esteviol de la estevia", avanza.

Investigación para cambiar hábitos y mejorar la calidad de vida. "No hay que olvidar que el azúcar llega a nuestra cultura a través de los árabes, porque era uno de los componentes para conservar los alimentos, mientras que en la cultura romana era la sal. Es decir, eran dos componentes que además tenían una funcionalidad. Pero ahora con nuestro estilo de vida, pues hay que reducir tanto la sal, como la grasa saturada, como el azúcar", concluye.

Temas