Las dunas de Maspalomas, en riesgo de desaparecer por estructuras como quioscos y chiringuitos
Las emblemáticas dunas de Maspalomas, en Gran Canaria, están en riesgo de desaparecer por estructuras como quioscos y chiringuitos
Estas estructuras, defiende un estudio científico, actúan a modo de obstáculo impidiendo que las dunas se alimenten, dificultando su crecimiento
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Las dunas de Maspalomas corren peligro de desaparecer si no se toman medidas urgentes y no se cambian los quioscos o chiringuitos que hay en la emblemática playa de Gran Canaria y que impiden que la arena se acumule formando las famosas dunas. Así lo defiende un estudio científico que concluye que son esas casetas, entre otras estructuras y efectos del turismo, las que tienen la culpa.
En la playa del Inglés, que supone la boca de entrada del viento con arena que va formando la duna primigenia o duna costera, la cual alimenta al resto de dunas, las casetas de chiringuitos y otros quioscos actúan a modo de obstáculo ralentizando su velocidad hasta en un 70%. Como resultado, se dificulta el crecimiento de esas dunas.
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Más allá, no solo son estos quioscos. También los contenedores, los cortavientos, las hamacas, las sombrillas que hay a lo largo del arenal, e incluso los servicios de limpieza aumentan este problema.
El paraíso de las dunas de Maspalomas, en riesgo de desaparecer
En esta situación, alertan los científicos, el verdadero paraíso que conforma Maspalomas podría verse abocado a la extinción: “Ya lo estamos observando. Tenemos dunas más bajas, menos cantidad de arena”, sostiene Levi García-Romero, investigador del Instituto de Oceanografía y Cambio Global, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Así, al cambio climático y la subida del nivel del mar se unen estos otros obstáculos en el camino: “La arena entra por playa del Inglés, pero cuando se encuentra este tipo de obstáculos como si fueran muros, –y se comportan como muros–, no dejan pasar la arena hacia atrás”, dejando de alimentar así al sistema de dunas, tal como explica.
La arena se acumula delante de estos objetos y, en consecuencia, además, justo detrás hay “superficies de erosión bastante amplias” que en algunas partes alcanzan una longitud de hasta 200 metros y fragmentan la primera duna costera. De ahí que pidan reducir el número de estas estructuras o hacerlas más aerodinámicas.
Del mismo modo, hacen un llamamiento a los turistas: “El salirse de un sendero provoca una erosión muy grande, además del tema de abandono de residuos en zonas donde no se debería”, alerta Marta Martínez, técnica de gestión de la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas.
En este escenario, su supervivencia depende de todos.