Andrea intentó quitarse la vida con 15 años, como ella hay muchos jóvenes: "Hay que pedir ayuda"
Este miércoles hemos conocido el testimonio de Andrea, una joven que trató de quitarse la vida hace una década
Por primera vez las inclinaciones suicidas se han convertido en el primer motivo de los jóvenes para llamar a la Fundación ANAR
Los intentos de suicidio de menores de edad se multiplican por 25 en la última década, según ANAR
Este miércoles hemos conocido el testimonio de Andrea, una joven que trató de quitarse la vida hace una década. Un hecho que crea alarma en el país. Por primera vez las inclinaciones suicidas se han convertido en el primer motivo de los jóvenes españoles para llamar a las líneas telefónicas de ayuda de la Fundación ANAR, algo que genera preocupación. Nunca antes la organización había recibido tantas llamadas de niños y adolescentes pidiendo ayuda por conductas suicidas.
De las más de 217.000 llamadas de auxilio del pasado año (217.693), ha logrado evitar que 4.500 (4.554) menores con ideas suicidas siguieran adelante con sus planes. Además, las familias no detectan las señales de alarma porque solo el 44% de los atendidos había recibido ayuda psicológica.
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El caso de Andrea: intentó quitarse la vida con 15 años
Andrea tiene 26 años y estudia Integración Social. Cuando tenía 15 años, atormentada por sus problemas escolares y familiares, intentó quitarse la vida: "Fue una época de desesperanza y veías el día siguiente y solo veías una pantalla negra".
Una pantalla negra que poco a poco la encerró en sí misma. Se negaba a salir de casa y solo veía un mundo que no existe: "Me daba miedo y vergüenza pedir ayuda. Cuando en realidad lo que deberías hacer es pedir ayuda".
La joven asegura que "ahora con 26" la toman "más en serio que cuando tenía 15. "Porque, cuando eres adolescente, dicen que son cosas de adolescente y no te toman en serio", detalla Andrea, que asegura que si se junta el estigma social y la salud mental es "una bomba". A ella le ayudó mucho mantener una rutina, salir a la calle y crear una red de apoyo con las personas de su entorno.
"Es importante pedir ayuda, aunque suene a tópico. Te das cuenta de que es la única salida. La gente intenta ayudarte de buena fe, intentan hacer de psicólogos, y lo único que deben y pueden hacer es acompañarte", comenta la joven, valiente en su relato: "Pedí ayuda tarde y hace poco tuve una recaída. Me siento orgullosa de haber pedido ayuda ahora. Siempre hay que cuidar la salud mental -como la física".
Las conductas suicidas no dejan de crecer
Gracias al apoyo de amigos, familia y profesionales, Andrea logró salir adelante, pero las conductas suicidas no dejan de crecer entre los menores. Se han multiplicado por 35 en los últimos 10 años. Sobre todo por las redes sociales.
"Cuando una persona está pensando en terminar con su vida y lo explica a través de un vídeo como hacerlo para que su familia no se entere, estamos aumentando las probabilidades de que esa persona acabe intentando pensar con su vida o lo haga", explica Benjamín Ballesteros, portavoz de la Fundación ANAR.
Además, los entornos no están detectando las señales de alarma a tiempo: "Que esté triste que esté alterado, que igual esté más irritado y estos son síntomas a veces de una situación de soledad", precisa Diana Díaz, directora de Línea de Ayudas de la Fundación ANAR.
La salud mental entre los menores se ha deteriorado de forma muy preocupante. Representa casi la mitad (45,1%) de las llamadas de auxilio recibidas por la fundación ANAR, superando a los casos de maltrato o acoso escolar.
WhatsApp para prevenir suicidio entre adolescentes
Sergi García, director técnico y coordinador del Teléfono de Prevención del Suicidio, explica que a los jóvenes les cuesta ponerse en contacto con ellos: "Identificamos que los jóvenes no llaman". Ante este escenario, decidieron adaptarse y crear la vía de WhatsApp.
"Es algo que observamos en la sociedad, ya no se comunican por teléfono de la manera convencional, sino por texto. Por eso les facilitamos los canales de comunicación que habitualmente utilizan, así nos acercamos a ellos", comenta el también portavoz.
El Teléfono de Prevención del Suicidio tiene abiertos más de 1.000 chats desde que se puso la iniciativa en marcha a finales de julio de 2022. La vía de WhatsApp está dirigida a la población joven de "entre 14 y 25 años". En los chat hay un porcentaje que manifiesta ideación suicida o autolesiones.
"Es algo que está al alza dentro de la población joven", detalla García, antes de sentenciar "Hemos tenido que hacer una conversión de los voluntarios para atender de esta manera, mediante el lenguaje escrito". Esperan ayudar a muchos jóvenes. Las líneas abiertas, para llamadas, son -717 003 717-. Otros servicios que también atienden a jóvenes es el 024.