La cigala gallega, en vías de extinción por la sobrepesca

La cigala gallega, plato fijo en los menús de Navidad, está en vías de extinción. Una investigación revela el desplome alarmante de población de este crustáceo, sometido a la sobrepesca.

Los datos de del estudio del no son optimistas y revelan que la cigala gallega no pasa por su mejor momento. La investigación, elaborada por el IEO-CSIC junto a científicos suecos, daneses y portugueses, muestra que entre 1983 y 2009 las poblaciones de este crustáceo localizadas en el noreste ibérico se redujeron un 94%, que coincidió con una reducción considerable en la intensidad pesquera.

A partir de 2009 los investigadores han observado un "ligero aumento" en la biomasa de las cigalas, aunque el IEO advierte que las cigalas han "desaparecido de las aguas más someras de su distribución tradicional" y su captura se está realizando "a profundidades mayores". Este detalle, según la científica Isabel González Herraiz, del IEO en A Coruña y autora del artículo "puede ser indicativo de la contracción de los stocks después del colapso”.

En las Rías Altas la situación parece ser peor: biomasa del crustáceo lleva desde 1996 por debajo del punto mínimo límite de referencia y haría falta multiplicarla por 10 para lograr el "rendimiento máximo sostenible", nivel que permitiría alcanzar un volumen máximo de capturas sin el riesgo de agotar el recurso. En el Cantábrico se llegaría a ese rendimiento con duplicarla.

Los datos revelan que en las Rías Baixas y el norte de Portugal la población de cigalas sigue por debajo del punto mínimo desde 1994 y haría falta una biomasa 50 veces superior para ser sostenible con explotación pesquera.

González Herraiz alerta que “el desplome de biomasa de los tres stocks" sugiere un enfoque de precaución "en los procesos de evaluación y gestión“. Los resultados de este estudio no son solo relevantes para la explotación sostenible de los stocks de cigala del noroeste ibérico, sino también para proporcionar una nueva perspectiva sobre la adecuación y limitaciones de los modelos de producción para la evaluación de los stocks de crustáceos en general”, explica la científica.