Víctor Tapiador Martín, el joven de 25 años desaparecido en Aranjuez (Comunidad de Madrid) hace dos meses, sigue en paradero desconocido. Su familia, junto con el apoyo de numerosas personas y entidades, han realizado múltiples batidas por el municipio, pero no han dado resultado. Nadie sabe qué le pudo ocurrir al chico el pasado 8 de marzo. Las autoridades siguen investigando cuáles fueron sus últimos movimientos.
Según la información que manejan las autoridades judiciales, tal y como ha constatado Informativos Telecinco, a Víctor le acababan de hacer fijo en el trabajo y nunca había tenido allí ningún problema. Aquel día 8, estaba preparando un torneo de pádel que se iba a disputar en unos pocos días y que organizaba con un amigo. Desde el mes de noviembre estaba un poco bajo de ánimos tras haber roto con su novia, pero no presentaba comportamiento extraño, ni manifestó nunca que alguien tuviera la intención de atentar contra él.
El joven ejerce a nivel profesional de integrador social y en sus ratos libres se desempeñaba como jugador de pádel aficionado. El torneo que estaba organizando era para recaudar fondos para ayudar a las familias del centro en el que trabaja, en Ciempozuelos. Ese día 8, miércoles, no había ido a trabajar porque llevaba dos de baja por dolores cervicales y mareos, pero libraba desde el jueves hasta el domingo.
Estos fueron sus últimos movimientos desde el miércoles 8 hasta el jueves 9:
La última señal del móvil de Víctor le ubica en el polígono Gonzalo Chacón, pero según apunta el abogado que representa a la familia, Juan Manuel Medina, se detectan "ciertos movimientos" en esa acotación de terreno.
Los agentes ven movimientos hacia la vía del tren, pero esta está soterrada y pasa una carretera. No quiere decir que fuera a pie por allí. Tampoco tiene mucho peso la hipótesis de que se subiera a otro vehículo tras bajarse del suyo.
Desde las 21:30 horas que aparece en las imágenes de las cámaras de vigilancia del supermercado hasta las 02:45 horas que se registra esa conversación con una chica no se sabe dónde estuvo, pero en esta área suele hacer frío y estaba sin chaqueta. Podría haber estado en un local de alguien conocido o en una vivienda del lugar, es un verdadero misterio. Tampoco se sabe qué hizo desde que le vio la amiga de su madre en el bar hasta que fue al supermercado y aparcó su coche.
Los investigadores encargados del caso no descartan ninguna hipótesis. Se ha interrogado a varias personas de la zona y no se puede sacar ninguna conclusión. Por ahora no se ha determinado si pudo haber alguna persona implicada en su desaparición y que pueda ser acusada por ello. Se analiza la actividad diaria del chico, así como algún conflicto que pudiera haber tenido a nivel personal.
Víctor siempre mantenía contacto con sus familiares, atendía mensajes y llamadas. Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos, considera que no parece una "desaparición voluntaria". De tratarse de un hecho autolítico se habría dado con él, ya que se han realizado numerosas batidas, incluso con helicópteros, sin resultado. El misterio de su desaparición, continúa.
La asociación SOS Desaparecidos emitió una alerta para la búsqueda del joven a través de las redes sociales: según su descripción, Víctor tiene una altura de 1,84 metros, pesa 90 kilos, tiene el pelo castaño, los ojos marrones y diferentes tatuajes -una calavera en la pierna y una palmera y un avión en el torso-.