Unas 300 personas, entre ellos, padres de menores víctimas del acoso escolar, han participado en una manifestación silenciosa en Barcelona el sábado 29 de abril a las 12:00 horas contra la lacra del bullying. Entre los participantes, en la cabecera de la marcha, ha estado presente la madre de Alana, una de las gemelas de Sallent, quien junto con otros diez o doce padres han las fotos de sus hijos con las fechas de sus nacimientos y defunciones.
Convocados por la Plataforma TRENCATS contra el maltrato infantojuvenil, unas 300 personas, miembros de varias asociaciones, han reclamado en esta marcha silenciosa, la implicación de las administraciones en esta lacra que deja casos como el de las gemelas de Sallent,–que saltaron desde un tercer piso al no poder soportar más el acoso–, o el de Pol, menor con autismo que se tiró desde un balcón en Tarragona--.
Los manifestantes han partido desde Plaza Urquinaona, número 6, en el edificio del Consorci d’Educació, a las 12:00 horas para concluir a las 14:00 en la Plaza Sant Jaume, frente al Palau Generalitat. Allí, ha tenido lugar la lectura del manifiesto, tras lo que estaba prevista la intervención de la madre de Alana, que no ha podido hacer finalmente porque se ha derrumbado.
La marcha, que llevaba por lema principal ‘El acoso escolar mata’, surge como una iniciativa de los activistas contra el acoso escolar y fundadores de la Plataforma TRENCATS, José Manuel López, padre de Kira, y Brian Giner, quien fuera también víctima de bullying,
La convocatoria tenía como objetivo común “reivindicar una escuela segura, diversa, integradora y que realmente garantice tolerancia 0 ante cualquier tipo de violencia hacia menores, desde el minuto uno, sin excusas ni intereses de otro tipo y evitando la inaceptable normalización de las violencias en situaciones de desigualdad hasta que éstas se consideran reiteradas en el tiempo - lo que se conoce como bullying - y que supone una flagrante vulneración de los Derechos Humanos de la Infancia y la Adolescencia”, señala la Plataforma TRENCATS.
Así, entre otras reivindicaciones, han reclamado un endurecimiento de las penas para los agresores, que no queden impunes, y una atención ejemplar, comparable a la de países como Francia, con un protocolo de actuación nacional -en común-, la tipificación del bullying como delito penal o que se contabilicen todos los niños y niñas que se ven obligados a cambiar de centro con estadísticas oficiales-
Para ello, cuentan además con el apoyo de las más de 252 000 firmas recogidas en change.org/NoEsCosaDeNiños por una Ley de Acoso Escolar que garantice no solo la necesaria formación y prevención de las violencias en las escuelas sino también la reparación del daño a quien ya es víctima y para quien todo lo anterior llega tarde, previendo protección legal efectiva para las víctimas y consecuencias para quienes de forma consciente incumplieron con sus obligaciones de garantes de la seguridad física y moral de los menores, no solo de la víctima sino también del agresor al que no se reconduce y sobre quien debería ponerse el foco en la lucha contra el acoso escolar”.