Organizaciones criminales, alijos, narcosubmarinos hundidos e incluso un laboratorio de síntesis asentado en la provincia de Pontevedra. El goteo de grandes operativos contra narcotráfico ha sido una constante en Galicia desde el fin de la pandemia y especialmente en los últimos meses, en los que las entidades como la Fundación contra el Narcotráfico alertan de que entra "más droga que nunca" en la comunidad.
Las asociaciones hablan de una auténtica "avalancha de droga", especialmente de cocaína, y de un récord de personas con adicciones a las que prestan asistencia, mientras que la Fiscalía especializada, más cauta, reconoce también un "incremento sostenido" de esta actividad delictiva en Galicia. Otros puntos calientes del narcotráfico son Canarias y la costa de Cádiz.
En toda esta escalada, existen dos elementos clave: el aumento y modernización de medios contra el 'narco' y los procesos judiciales que, habitualmente, "se estancan" en juzgados ya "tensionados" por su actividad ordinaria, "saturando" y "desbordando" su capacidad para alcanzar un juicio en un tiempo razonable.
"Lo que es necesario es que nos dotemos de una planta judicial suficiente para este tipo de procedimientos y, de este modo, ganemos eficiencia en la tramitación que impida que se estanquen los procedimientos o se dilate el periodo que va desde la explotación de la operación hasta el momento que puede celebrarse el juicio oral", apunta Pablo Varela, fiscal antidroga de Pontevedra.
En una entrevista concedida a Europa Press, el responsable de esta cuestión en la Fiscalía pontevedresa recuerda que, actualmente, los procesos judiciales relacionados con el narcotráfico, de por sí muy complejos, recaen en tribunales que deben "atender también sus asuntos ordinarios" y "otras tipologías penales" y civiles y que están "tensionados" ya por su actividad habitual.
Sin embargo, para Pablo Varela la solución no pasa solo por la especialización, si no por un "cambio de paradigma" que "garantice la agilidad que necesitamos" y en el que, reivindica, ha de ponerse en valor la figura del fiscal como "dirección de la instrucción y de la investigación criminal".
"No es colocar a los fiscales donde están los jueces de instrucción, si no cambiar todo el procedimiento penal", advierte el fiscal, "intentando escapar del sobredimensionamiento de la instrucción para centrarse en la articulación eficiente" y, de este modo llegar, cuanto antes, a juicio.
Desde las asociaciones también se incide en la dilación de los procesos judiciales, algo que causa una cierta "sensación de impunidad". "Muchos de ellos, cuando son detenidos en una operación, resulta que tenían pendiente un juicio por otra. Están pendientes de un juicio y ya están haciendo otro desembarco", apunta el presidente de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico, Fernando Alonso, que critica también las "sumas ridículas" que se les exige para salir bajo fianza.