La peligrosa moda de las plantas artificiales como elementos decorativos: "Son una importante carga de fuego"

En ventanas, en balcones, pare revestir paredes… Las plantas artificiales están de moda. No faltan en viviendas ni en los proyectos comerciales de interioristas de reconocido prestigio. De hecho, Burro Canaglia, la franquicia a la que pertenecía el restaurante incendiado el viernes en Madrid en el que murieron dos personas, ganó en 2020 el premio al Mejor Diseño en Restauración. El llamado estilo amazónico es uno de los más demandados, pero ¿es seguro?

Hace semanas que en Tecnifuego, la asociación española de sociedades de protección contra incendios, se venían haciendo esta pregunta y respondiendo de forma negativa. Porque no son solo las plantas artificiales o las flores secas, son los tejados de paja y las carpas con muchos elementos decorativos. Ornamentos que tendrían que tener una resistencia o un tratamiento para la inflamación o a la propagación de las llamas, pero que no siempre es así, indican a NIUS.

Se desconoce si la franquicia de Burro Canaglia cumplía con la normativa. El alcalde de la capital ha dicho que se está investigando. Aunque, según Antonio Tortosa, portavoz y vicepresidente de Tecnifuego, "si hubiera tenido el tratamiento de ignifugación, el resultado habría sido diferente". “Hablamos siempre de hipótesis, pero si lo hubiera tenido, no habría prendido con esa rapidez”, añade el experto.

¿Cómo saber si las flores tienen el tratamiento ignífugo?

Confirmarlo a simple vista no es fácil ya que es un tratamiento químico incoloro. Es una especie de barniz o pintura transparente que lo que hace es evitar que los productos ardan y propaguen las llamas. Las plantas secas y de plástico están muy de moda, tanto en fachadas como en interiores, pero eso tiene un problema: que "si no lleva ese tratamiento químico de ignifugación arde con una facilidad enorme, por desgracia”, explica el portavoz de Tecnifuego.

Es una forma rápida y barata de decorar un local, aunque hacerlo bien, aplicando un tratamiento ignífugo requiere de tiempo y dinero. En el proyecto, se deben contabilizar y se registrar la cantidad de tratamiento empleada, pero "Madrid está lleno de locales de restauración que incorporan este tipo de decoración sin ningún tipo de control ni tratamiento", asevera Esther Sánchez Lastra, la decana del Colegio de Diseñadores de Interiores de Madrid (CODDIM).

El papel del diseñador de interiores

Lo fundamental es, según Sánchez Lastra, que todo aquel que quiera hacer una reforma o abrir un local recurra a un diseñador de interiores que vise el proyecto y sea respetuoso con la normativa, porque "se ve de todo", constata: desde el decorador que dice "ven que yo te lo pongo monísimo", sin aplicar ningún tipo de reglamentación, al cliente que, una vez pasada la inspección, se dedica a llenarlo todo de flores secas sin tratamiento, explica a NIUS.

Las medidas de protección están para cumplirse, coincide Antonio Tortosa, y "todo esto de la decoración es muy bonito, pero no hay que olvidarse de la seguridad", subraya el experto. No se deben tolerar vías o puertas de evacuación bloqueadas por sillas o mesas, o extintores que no estén a la vista porque "rompen la estética". Según Tortosa, si un local está incumpliendo la normativa hay que "decirlo y denunciarlo".

Y las plantas artificiales de mi casa, ¿son seguras?

En los establecimientos públicos, las flores y plantas artificiales deben tener el tratamiento que evite que ardan, aunque no es así en las viviendas. La mayoría de los productos artificiales que se encuentran en el mercado están elaborados con plástico de polipropileno que no incorpora tratamiento alguno para evitar que se inflame, arda y emita gases que, si se inhalan, son letales. Por tanto, en casa también hay que tener ciertas precauciones con estas plantas artificiales porque “tienen una carga de fuego importante”, explica el vicepresidente de Tecnifuego.

En el caso de las plantas o flores secas, la llama se propaga mucho más rápido que cuando es de plástico. Si la llama es directa, como la de una vela, un soplete o un mechero, eso prende con una rapidez enorme. Lo que ocurre con el plástico es que es más lento, pero emite unos gases que son mortales. Si las plantas están en el exterior o cerca de una ventana, pueden arder si se ven sometidas a un efecto lupa. En el interior, hay que tener cuidado con que no estén cerca de una fuente de calor o de cuadros eléctricos, no situarlas junto a radiadores o cargadores que pueden generar chispas, en ocasiones, invisibles.

Fichas para el tratamiento de estos productos

En la asociación española de sociedades de protección contra incendios están elaborando unas fichas para ver cómo tratar estos productos, porque "en muy poco tiempo han tenido un crecimiento espectacular" en todos los sitios. Establecimientos "tipo amazónicos" en los que Antonio Tortosa nunca ha estado "por razones obvias". "Justo la semana pasada, en concreto el jueves, estuvimos hablando del peligro que suponía estos elementos y no creo que haya que prohibir, pero sí que hay que regular para que tragedias como la del viernes no se repitan, porque hay medios materiales para evitarlo", asegura el experto.

La legislación nacional regula unos mínimos exigibles según el Código Técnico de la Edificación. Luego cada comunidad autónoma o ayuntamiento puede aprobar su propia normativa, siempre y cuando sea superior. La Ordenanza de Prevención de Incendios del Ayuntamiento de Madrid OPI establece para este tipo de establecimientos que los materiales de revestimiento deberán ser como máximo:

  • M2  (baja inflamabilidad) en techo y paredes.
  • M3 (inflamabilidad media) en suelos.
  • Excepto en discotecas, salas de baile y similares, en los que como máximo serán: M1 en techos y paredes. M3 en suelos.

Una normativa que, según Antonio Tortosa, el consistorio madrileño lleva tiempo trabajando para su actualización ya que se ha quedado atrasada, "sobrepasada por unos medios y una tecnología que casi siempre avanzan más rápido que las normas", constata el portavoz de Tecnifuego.