El pasado viernes, 14 de abril, se llevó a cabo a las puertas del Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy un acto de protesta por el tratamiento sanitario de Marta Pérez, la joven de Ibi de 19 años que estuvo en coma, a punto de morir, tras sufrir una reacción alérgica en su gimnasio por un batido que contenía pistacho. Su madre convocó la manifestación en este centro de Alicante porque iban a obligar a su hija a volver allí, cuando ya había estado anteriormente tres meses y sin que la experiencia fuera nada buena. María Verdejo solo pide que, mientras haya progreso, que siga Hospital Vithas Valencia Consuelo.
Según ha explicado la madre de Marta Pérez en Informativos Telecinco, a su hija le han concedido ahora una prórroga de dos meses en el centro hospitalario de Valencia, donde está siendo atendida por especialistas en neurorehabilitación. No quiere que esté allí para siempre, si algún día no hay progreso entendería que la dijeran que no puede continuar allí. Lo que no entiende es que haya tantas complicaciones con los costes del tratamiento y que la estancia de su hija tenga una "fecha de caducidad". "La prórroga no me vale de nada, el mes que viene volveré a estar en la misma situación", precisa María.
El calvario de esta familia comenzó el 28 de septiembre de 2022, hace siete meses, cuando la joven ingirió un batido que contenía pistacho, sin que ella lo supiera. Su estado de salud empeoró, al ser alérgica, y del centro de salud de Ibi la trasladaron a Alcoy. Allí estuvo tres meses y el trato, según su madre, fue "inhumano". No obstante, Miguel Mínguez, conseller de Sanidad, dijo que el trato a la joven en este centro hospitalario había sido "exquisto", algo que ha indignado a María. "Si fue así, ¿por qué hay un informe de una doctora de UCI asegurando que no era recomendable pasarle a planta cuando sí la pasaron?", subraya la madre de Marta.
Desde que Marta ingresó en Valencia (se consiguió el traslado tras presentar reclamaciones), su progreso ha sido muy bueno y continuo. Por ello, María va a luchar para que su hija siga recibiendo el mismo tratamiento mientras le "quede aliento". El pasado viernes, numerosas personas se concentraron en Alcoy con pancartas y mensajes muy claros: "Todos con Marta", "Por un tratamiento sin fecha de caducidad", "Porque una vida no tiene precio", "Por el derecho a la vida" o "Para que nadie más pase por este 'trato exquisito'".
"Yo no quiero ni un mes ni 20, lo que quiero es que, mientras progrese mi hija, que siga con el mismo tratamiento. Si no progresa, entendería que me dijeran que no puede seguir allí. Pero si está evolucionando a pasos agigantados ¿por qué tengo que estar yo sufriendo desde hace siete meses? Cada día la quieren echar del hospital", explica María. "Ojalá alguien pudiera decirme que en un mes va a mejorar mucho o no va a evolucionar. Pero nadie tiene la certeza, ningún médico. Por eso no tengo que estar con una fecha de caducidad, no lo entiendo", agrega la madre de la joven de Ibi.
Para María, la prórroga de dos meses no ha sido un acto desinteresado y que no es lo que ha estado pidiendo: "No se está mirando por Marta ni las necesidades que ella tiene", precisa al respecto. Al parecer, la joven está pendiente de someterse a una intervención, que se demora ya tres meses, le tienen que cambiar el sistema PEG (por el que se alimenta) y tampoco ha recibido novedades sobre un dispositivo por el que puede comunicarse con su familia. Eso sí, en Valencia, insisten, muestra grandes avances: "En la vida hay esperanza. Porque tú tengas un problema neurológico, no quiere decir que tengas que ser una carga para la sociedad. La gente se recupera. Hay que luchar para tener una oportunidad".
María se siente totalmente "indignada": "Nadie sabe el desgaste, además de la pena, que supone esto. He bajado 20 kilos de mi peso, te quita la vida luchar así contra el sistema y contra todo. Te preguntas en qué mundo vives. Yo he visto cómo me decían que mi hija, estando conectada, se iba y que lo tenía que asumir, que no había nada que hacer. Entiendo que el proceso de recuperación es muy lento, pero ella está yendo súper rápido. De verla desencajada, ahora puedo ver a mi hija. Cuando le doy besos, veo esa expresion de siempre en su rostro. Esa mueca de media sonrisa. Es mucho. Todavía le falta, pero está en el camino".
Los fines de semana no hay servicio de neurorehabilitación, por lo que la familia aprovecha para estar con Marta. Este último domingo y el anterior, la joven estuvo en su casa como parte del tratamiento. Y es que el entorno es una parte fundamental en la recuperación. María, mientras lucha por su hija, sigue yendo a trabajar. Cada vez que la visita hace hora y media de ida en coche y el mismo tiempo de vuelta. La madre trata de informar sobre todas las novedades del caso en redes sociales (@mariaverdejomelero). Ante la situación actual, se organizó con su marido para que fuera él el que dejara de trabajar para que estuviera con su hija.
Desde hace semanas, se han colocado carteles por toda España con el objetivo de que la población pueda conocer la historia de Marta. Además, María creó una web (www.ayudamarta.com) para poder recaudar fondos. Son muchas las personas que se han volcado con su lucha. De hecho, ellos ahora viven en Ibi, pero antes residían en Cardona, un municipio de Barcelona, y allí les siguen guardando mucho cariño. El pasado fin de semana decidieron llevar a cabo una serie de actividades para recolectar dinero y ayudar a la familia. Se hicieron batucadas, chocolatadas y eventos con música. Todo porque la joven de Ibi pueda seguir dando pasos agigantados en su recuperación. Habrá nuevas iniciativas.